Si se rascan, es que pica

Provinciano. Sí señor, y a mucha honra. Insultan desde la Junta al alcalde de León por defender a su tierra y lo hacen con el calificativo de provinciano, lo que viene a demostrar el aprecio que desde Castilla se tiene a León y a todo lo que se suene a leonés. Dice la Junta que se aburre de seguir hablando de los agravios que, un día sí y otro también, recibe León; el útlimo, por ejemplo, ayer mismo, al presentar un plan para lograr una ordenación y regulación del paisaje de los viñedos de la comunidad, del que una vez más -y van...- se excluye a León, porque sólo regulan el Duero. Claro, como en el Bierzo no hay viñedos. Aburrido es oírles hablar de sentimiento autónomico, que no quieren más que convertir en un sentimiento único. Y es que todo tiene su inicio; hasta las bolas de nieve. Se empieza por descalificar al que no piensa como uno -eso del pensamiento único se profesa ya como una religión en Castilla y entre sus correligionarios- y se acaba por mandar los tanques a Polonia, a extender la raza aria, a colonizar, a imponer, a recaudar, a fastidiar al que no profesa los preceptos de la región histórica que no tiene más que 25 años de vida. Un cuarto de siglo que parece un milenio. Una región, su región, que sólo ha servido para enriquecer a unos pocos, en concreto a tres provincias: Burgos, Palencia y Valladolid. Porque, esos territorios son también provincianos, ¿o no? Y, como diría el político, lo avalan todos los informes y estudios. Pero aquí, de momento, sólo se ha atrevido a gritarlo el alcalde, al margen de algún que otro leonesista, que no socialista, que a veces parece que también gobiernan en una Junta que sabe bien como mantenerlos contentos.