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| Tribuna política | Desde el Rubicón |

Vuelo rasante

Fernando Viñuela de Celis ya ha intentado en varios ocasiones pasarse al grupo mixto en Villaquilambre y, curiosamente, le ha detenido quien le puso: Lázaro García Bayón

Publicado por
F. RAMOS
León

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Está claro que los consorcios acaban siempre por romperse, incluso los de la canción, pero esos se juntan muy de vez en cuando, sólo si la necesidad aprieta, aunque cantantes los hay en todos. En el caso del aeropuerto de León, la idea del consorcio, que nació con el fin único de lograr el despegue y posterior desarrollo del mismo, va camino de convertirse en uno de sus principales problemas y todo por un simple conflicto de intereses o, más bien, por los vuelos rasantes que, a modo de luchas internas, están dando al traste con su idea original. Estas luchas son, en este caso, bidireccionales. Por un lado, está la rivalidad que se vive en el seno del PP, ahora mitigada por la gran crisis nacional, pero que sigue latente y que tiene enfrente a Isabel Carrasco y a Antonio Silván. La una ve al otro como su único rival para arrebatarle su sillón presidencial del partido en el congreso del otoño próximo, aunque está por ver que el consejero de Fomento quiera disputárselo. Y es que Carrasco no le perdona a Silván que no le rinda agradecimiento eterno por haber sido ella quien le llevó a Valladolid, in illo tempore. Y de fondo, el problema con las facturas de Lagun Air, con quien la Junta -o sea, Silván- firmó un convenio y le obligó a colocar su publicidad cuando la que debe ir es la del consorcio. A todo esto hay que sumarle el que, en el otro lado, se encuentra el Ayuntamiento de León con Francisco Fernández a la cabeza, a quien ni Silván ni Carrasco -esta vez sí juntos, que no revueltos-, no quieren darle la oportunidad de apuntarse ningún tanto y le atacan e imputan una deuda con el consorcio que generó su partido, el PP, cuando gobernaba el Ayuntamiento.