El campo inicia una campaña de firmas para exigir un observatorio de precios

El sindicato Ugal va a iniciar de inmediato una campaña de recogida de firmas para plantear una iniciativa legislativa popular, el desarrollo de acciones conjuntas con organizaciones de consumidores y otros colectivos sociales, y la presión permanente ante todas las Administraciones públicas con responsabilidad en este ámbito. De acuerdo con la iniciativa de la Unión de Pequeños Agricultores a nivel nacional, se trata de involucrar al consumidor para que el Gobierno acceda a crear un observatorio de precios que defina, de forma transparente, dónde se quedan los márgenes comerciales en los productos agropecuarios, desde su origen hasta la cadena de alimentación. «El objetivo está muy claro: acabar con los abusos a los productores y a los consumidores, que somos todos», resume Matías Llorente, secretario del sindicato Ugal. Preciosjustos.es es un dominio en internet. «Será legal pero no justo» un lema que va a presidir de ahora en adelante la apuesta de esta organización agraria por sacar a la luz la influencia de las grandes cadenas de distribución y los intermediarios en el recorrido de los precios. Según indica la organización convocante, «todos los sectores agrícolas y ganaderos están siendo, en mayor o menor medida, víctimas de esta situación injusta, y son sobradamente conocidos y denunciados por la Unión de Pequeños Agricultores los abismos que se abren permanentemente, por ejemplo, entre los precios en origen y destino de la leche las frutas y hortalizas». A la crisis de precios de productos en origen que después llegan a manos del consumidor 300 o 600% más caros, se une en los últimos meses la situación más crítica de las producciones ganaderas, provocada por las fuertes subidas continuadas en el precio de los piensos y el resto de costes de producción que los ganaderos están siendo incapaces de trasladar cuando venden sus productos, mientras observan atónitos como los consumidores pagan cada vez más cuando compran en destino. «Una situación que se traduce, en la práctica, en que los ganaderos están vendiendo por debajo de los costes de producción: hasta un 30% en el caso del vacuno».