Detienen al dueño del piso de la leonesa asesinada en Logroño
Agentes de la Guardia Civil detuvieron a primeras horas de ayer en Logroño al presunto autor del crimen de Antonia G. C., la leonesa natural de Trobajo del Camino que fue encontrada sin vida el 29 de mayo de 2007 en su domicilio de Galilea. El arrestado, J. M. A. N., natural de San Sebastián y vecino de la capital riojana, es la persona que le alquiló la vivienda en la que fue localizado su cadáver. Apareció encima de un charco de sangre en su piso del número 9 de la calle Enrique Malo, con signos de haber sufrido una violenta agresión con arma blanca, según El Correo Vasco . La última vez que se la vio con vida fue unos tres días antes de que se encontrara su cuerpo, en un bar de Galilea al que había acudido para cargar el móvil. Antonia vivía de alquiler en un chalé adosado a las afueras del pueblo desde hacía seis meses. Había llegado a La Rioja procedente de León, acompañando a su pareja, que había encontrado trabajo como pastor a las órdenes de un ganadero de Galilea. Con él compartió el piso hasta febrero de 2007, que fue cuando el ganadero rompió la relación laboral con él, harto de los continuos conflictos personales que surgían. Entonces el pastor optó por regresar a León, pero Antonia decidió quedarse en el pueblo. Según comentaron en su día algunos vecinos a este diario, la mujer fallecida no tenía trabajo ni tampoco gran relación con los vecinos de Galilea. Dos sospechosos Desde un primer momento, tanto su compañero sentimental como la persona que les había alquilado la vivienda se habían erigido en principales sospechosos del crimen. El primero de ellos se entregó voluntariamente ante la Guardia Civil de la localidad leonesa en la que residía al saber que la Benemérita intentaba localizarle; y respecto al segundo, fue detenido dos meses después como presunto autor de una agresión sexual. Quedó en libertad. El cadáver de Antonia, al que se le practicó la autopsia, fue trasladado a San Andrés del Rabanedo, de donde era natural, para recibir sepultura. El macabro hallazgo coincidió con la celebración de las Fiestas de la Juventud en Galilea, en las que se tuvo un recuerdo para la fallecida. Desde la localización del cuerpo el titular del juzgado de Calahorra decretó el secreto del sumario.