| Reportaje | Expertos en emergencias |
Frente a frente con la amenaza
El campo de tiro del Teleno fue el lugar elegido por la UME para los ejercicios de instrucción de lucha contra incendios en los que movilizó 296 efectivos y 127 vehículos
El V Batallón de Intervención en Emergencias de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con sede en San Andrés del Rabanedo ha realizado durante toda la semana en el término municipal de Luyego, en plena Maragatería, un ejercicio de instrucción para adiestrar a su personal en la lucha contra incendios forestales. Tratando de reproducir el grave suceso que en septiembre de 1998 afectó a los pinares de Tabuyo del Monte y de otras localidades cercanas, el personal del citado batallón trabajó con la hipótesis de que el fuego comenzara en la zona de caída de proyectiles del campo de tiro de El Teleno. El personal de la UME intentó atajar las llamas en la bajada del río Duerna, hubo de defender de ellas una ermita, y, cuando ya daban por controlado el incendio, la variación de la dirección del viento reavivó el fuego, que empezó a avanzar hacia los pinares de Tabuyo. Posteriormente, esta localidad y la de Priaranza de la Valduerna se verían también amenazadas por las llamas. Así, 296 hombres y mujeres participaron en el simulacro, y contaron con el apoyo de 127 vehículos y máquinas diversas, como autobombas de diversos tamaños, empujadoras capaces de mover hasta ocho metros cúbicos de tierra, ambulancias todo terreno y de carretera, o un vehículo nodriza con capacidad para 13.500 litros de agua. Parte del personal -unas cuarenta personas- se dedicó a realizar tareas de desbroce con herramientas manuales en un antiguo cortafuegos, que, en caso de un incendio real, podría ser aprovechado para atacar las llamas cuando éstas pierden fuerza debido a la ausencia de material vegetal combustible. Mientras, otras ochenta personas, con la ayuda de doce autobombas, se entrenaron en el ataque directo al fuego con agua recogida del río Duerna. En la recta final del ejercicio, ambos grupos se desplazaron para la defensa de Priaranza y Tabuyo, ante una hipotética amenaza de las llamas.