El lúpulo busca nuevo espacio

La oportunidad del lúpulo es que cuenta con una demanda industrial mucho mayor a la cantidad que ofertan los productores. Así desde que el abandono de la actividad agraria en las riberas leonesas diezmó los cultivos. Ahora hay nuevos horizontes -casi una excepción en el sector agrícola leonés- para un producto del que se nutren las principales cerveceras. El Órbigo da asiento a más del noventa por ciento de la superficie que se dedica en León a esta planta que puede esta campaña alcanzar el millón cien mil kilos; otra parte reducida del cultivo está localizada en la ribera del Torío. Y, en la intención de que el producto alcance para satisfacer la demanda nacional al menos, (ahora sólo cubre entre el 60 y el 65%) se buscan nuevos espacios: tres hectáreas en la zona de nuevos regadíos de Riaño abren una puerta hasta ahora inédita. Más terreno en mayores masas de cultivo que la superficie media que define las explotaciones en el alto Órbigo, más rentabilidad sobre el papel. El director de producción de la Sociedad de Fomento del Lúpulo ve en esta oportunidad un opción de futuro si se cumplen todas las previsiones que han motivado el ensayo. «Luego podría ampliarse en esa zona de los regadíos de Riaño», dijo ayer Ignacio Nicolás tras recordar que la sangría poblacional del campo leonés es el principal hándicap para la producción de lúpulo, que cotiza esta campaña a 34 euros, un 30% más que el año pasado. León no encuentra rival en la producción nacional de esta planta, que esconde el secreto del sabor amargo que traslada la tierra leonesa a la cerveza.