Veterinarios para el pueblo

El gesto del Colegio de Veterinarios de León de ofrecerse como altavoz de la crisis que arruina al sector ganadero leonés parece ir más allá de una mera declaración de intenciones. «Estamos inmersos en un mercado que no es justo para ellos, ya que los costes de producción se han disparado mucho más de lo que nos cuentan los estadísticas y los políticos, en cambio, los ganaderos no tienen el más mínimo poder de maniobra ante los precios que se les imponen, y lo que es peor, es que tampoco lo tienen sobre el precio de venta de sus productos», concluye la misiva que el Colegio de Veterinarios de León hace pública en respaldo de ganaderos, de los que son, de forma general, compañeros de fatigas. A veces, testigos únicos del declive que reduce al sector primario. La carta que firma José Luis Teresa, presidente de la organización veterinaria colegiada, recuerda el principio de injusticia que abate al sector primario: Los incrementos de precios en origen han sido mínimos en las últimas décadas, sin embargo el precio de venta al público sí que ha ido aumentando». El escrito pasa por ser un relato fiel del tambaleo que asola a las explotaciones de ganado, a sus propietarios, al tejido social que han sostenido durante siglos y a un modelo económico igual de necesario que condenado a morir: «Está siendo destruido lo que ya debería ser considerado estratégico ...» advierte José Luis Teresa en nombre de un colectivo que se atreve a horadar en otra llaga: «La de nuestros sesudos gobernantes que dicen promover onerosas políticas para fijar la población rural y mantener los pueblos, su actividad y sus producciones». Al otro lado, contrapone, «se aceleran los abandonos, la despoblación rural». «Nuestra solidaridad y apoyo a este colectivo, que está siendo tratado por esta sociedad actual de forma tan injusta», testifican los veterinarios, en una declaración que pone a estos facultativos leoneses en funciones, casi, de oenegé.