El PP reta al alcalde a que fije plazos y apoyos para la segregación de Castilla

Un año después, el PP calificó ayer el pacto de gobernabilidad del Ayuntamiento como «una gran mentira, que carece de valor» y es «un documento en barbecho, un papel mojado que no sirve ni para envolver, a cambio de un buen sueldo para la UPL», que es la «comparsa caricaturesca de un poder socialista que, por mucho que se empeñe el señor Fernández en demostrar lo contrario, está claro que antepone siempre el ser socialista a ser leonés». Este talón, el «incumplimiento» de los principios programáticos en los que se aboga por buscar el camino para «el avance hacia la constitución de una Comunidad Autónoma Leonesa» -un fallo reconocido el martes por la propia UPL- le dio cancha a la portavoz del grupo municipal popular, Ana Guada, para conceder que «es un pacto en el que pese a sus aspiraciones soberanistas el alcalde Francisco Fernández no cuenta con el apoyo de PSOE en ninguna de sus estructuras orgánicas». «Si la UPL -lanzó la edil del PP- no se atreve a preguntárselo a Fernández, lo preguntamos nosotros, aunque no nos preocupa en absoluto: ¿Cómo va a llevar a cabo la segregación de León de la actual autonomía? ¿En qué plazo? ¿Desde qué posición política? ¿Con qué apoyos? Desde luego que con el de su partido, no», ya que el alcalde «juega a leonesista mientras el PSOE regional y el propio Rodríguez Zapatero manifiestan claramente que el mapa autonómico está totalmente cerrado». Guada incidió en que la creación de la comunidad autónoma leonesa «nunca se va a materializar», lo que refirma que «era y es un pacto no creíble», pero que sirve de «coartada perfecta de un PSOE personificado en la figura de Fernández, cuyo único objetivo es acabar con la UPL, para lo cual cuenta con la inestimable colaboración de los tres concejales leonesistas que representan a una UPL en total extinción». Promesas «incumplidas» Desde la oposición, en su repaso a UPL y PSOE, la portavoz del PP citó ejemplos de «los continuos compromisos que siguen sin ejecutarse desde hace cuatro años: no hay ni un solo kilómetro de autovía y se sigue esperando por la León-Valladolid; no hay nada de las rondas de la ciudad; la solución del cruce de Michaisa, que debería estar concluida, según el alcalde, no tiene nada; el AVE, que ahora ya no llegará en el 2009, sino en el 2011; el paso a nivel del Crucero, que Fernández dijo que no estaría en el 2008; la integración de Feve, por la que habrá que rezar a Villalba; o el Palacio de Congresos, del que sigue sin firmarse el convenio de colaboración económica». «Estos son los grandes proyectos tantas veces cacareados por el alcalde que seguimos esperando, como espera el señor Chamorro», evaluó Guada, quien aconsejó al líder de la UPL que «debería bajarse de la autocomplacencia y mirar por el futuro de un partido ahora desgajado, y debería reflexionar sobre por qué su partido siempre que ha tocado poder ha perdido expectativa de votos: perdió dos concejales en 2007 y en las elecciones generales en la ciudad de León 2.400 votos. La UPL, explicó la portavoz de la oposición tras la marcha de Amilivia al Consultivo, «nació un día como un movimiento de apoyo a León y todo lo leonés; no con el objetivo de ser la marioneta de un alcalde socialista al que no le cuesta mentir, de un alcalde que gobierna con resentimiento y revanchismo político». «Chamorro no debería estar nada contento; nada satisfecho con un pacto que se escenificó bajo una gran mentira política plasmada en ocho estipulaciones del documento firmado. Una mentira que prolonga en el tiempo una relación política incierta», analizó.