Media docena de patrullas de tráfico, un equipo de bomberos y la circulación desviada

El accidente congregó a media docena de patrullas de la Guardia Civil de Tráfico con doce agentes. Durante prácticamente dos horas y media controlaron la circulación en la zona, que en los primeros momentos tuvo que ser desviada -en dirección a Astorga- a través de Santa Marina del Rey, mientras que el sentido a León siguió su curso, aunque ocupando el arcén. Antes de que los bomberos de León llegaran, ya se habían personado en el lugar del siniestro los servicios médicos. El 112 desplazó hasta allí una uvi móvil, un helicóptero medicalizado, el equipo médico de Benavides de Órbigo y dos ambulancias de soporte vital básico. En ese mismo lugar, los facultativos confirmaron la muerte de cuatro de los cinco miembros de la familia y la existencia de un herido. La primera misión de los bomberos (un equipo de seis personas) fue excarcelar al padre, todavía vivo, para ser evacuado por el helicóptero al Hospital de León. Posteriormente, sacaron de entre los amasijos del coche a los otros tres miembros de la familia que allí permanecían (la madre, la hija y uno de los hijos), ya que el otro salió despedido varios metros hacia el campo. Tras conseguir la orden judicial de Astorga para el levantamiento de los cadáveres, éstos fueron trasladados por los coches funerarios hasta el Instituto Anatómico Forense de Ponferrada, lugar donde corresponde realizar las autopsias por la zona del accidente.