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| Entrevista | Raúl Jesús Ortega |

«Cajamar es una caja rural, pero también de banca universal y tecnológica»

Raúl Jesús Ortega, director territorial de Cajamar en la Zona Norte

León

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En un tiempo récord las estructuras de Cajamar y Caja Rural del Duero se han fusionado para dar lugar a la que hoy es la décimoséptima entidad financiera del país, en un ranking de bancos, cajas y cooperativas formado por 270 entidades. Cajamar Caja Rural, Sociedad Cooperativa de Crédito, es hoy una entidad con más de 900 oficinas, más de 4.000 empleados, más de 500.000 socios y casi 1,5 millones de clientes. Su carta de presentación son unos activos de 24.000 millones de euros y un volumen de negocio gestionado total que sobrepasa los 45.000 millones de euros. En León su cuota de mercado es actualmente del 4%, pero tiene previsto un plan de expansión que la llevará a estar presentes en todas las poblaciones de más de 8.000 habitantes en la provincia. Sólo este mes ha abierto dos nuevas oficinas en la capital. -¿Cómo ha sido la fusión entre las dos entidades, y cuáles son sus objetivos ahora? -La fusión se ha realizado de una manera realmente rápida, de forma que los clientes no han notado nada, pero ahora formamos parte de una entidad mucho más grande. La fusión, según ha recordado el presidente de Cajamar, permitirá integrar las experiencias de dos entidades especialmente volcadas con el desarrollo local y el fomento de la economía social. La filosofía de ambas cajas está en el desarrollo local, el apoyo a la economía social y la provisión de productos y servicios financieros fundamentalmente a las familias, a los agricultores y a la micro, pequeña y mediana empresa. Con la nueva dimensión somos una caja más competitiva. -¿Qué carácter tienen como caja rural? -Somos una caja rural, y no nos avergonzamos de ello. Pero hacemos banca universal, no estamos cerrados a ningún tipo de cliente. Y además estamos a la vanguardia tecnológica, de hechos somos la sexta entidad mejor valorada del país en cuanto a funcionamiento por Internet. Y nuestros clientes pueden operar desde cualquier parte del mundo, por ejemplo en 4.000 fondos de inversión, porque somos socios de Inversis. Somos rurales, pero tecnológicos. -¿Quiénes forman su base como clientes? -Cajamar es el resultado de la fusión de las cajas rurales de Almería y de Málaga en el 2000; y el año pasado se sumó al proyecto la Caja Rural del Duero. También es el resultado de la integración de las cooperativas de crédito de Campo de Cartagena y de Grumeco. Es una entidad de crédito de naturaleza cooperativa, y su actividad se liga al desarrollo local y al fomento de la economía social a través de la intermediación financiera y del diseño de productos y servicios competitivos. Nuestros clientes fundamentales, desde nuestro origen, son los agricultores y ganaderos. De hecho somos la primera entidad en trámite de PAC, con un 50% del total. Y en este momento, que es bueno para los agricultores, pero malo para los ganaderos, estamos con el sector con productos como préstamos blandos que casi nos cuestan dinero, pero que tratan de estar con el sector en los momentos difíciles. Sin embargo, estamos abiertos a todo tipo de clientes, porque nuestro ámbito de actuación es nacional y nuestro objetivo la banca universal. -¿Y qué tipo de productos son los que ofrecen? -De todo tipo, como corresponde a ese carácter de banca universal. Pero con la peculiaridad de que nos adaptamos al cliente, no hay productos cerrados. En cualquier caso, Cajamar es una entidad que transmite confianza, solidez, tranquilidad, solvencia y seriedad. Nuestros productos, como por ejemplo una cédula hipotecaria que vamos a lanzar, tienen gran calidad, son conservadores, y eso nos ha servido para que Moody's y Fitch nos den la calificación de triple A. Y también nuestros clientes se caracterizan por la fidelidad. -Dentro de su actividad, la fundación tiene también una importante actividad investigadora y de innovación. ¿Tienen previsto colaborar también, por ejemplo, con los investigaciones en agroalimentación de la Universidad leonesa? -La Estación Experimental de Las Palmerillas es todo un referente nacional en este sentido, por sus investigaciones, que se han trasladado con éxito a los agricultores; y también por las becas y las tesis que financia. También cooperamos con el Inea de Valladolid, un convenio que nos permite becar a estudiantes y que está también relacionado con Las Palmerillas. Desde luego, la Universidad de León puede ser un referente también en este sentido. -¿Cuáles son sus planes de expansión, en general y en la provincia? -En León teníamos dos oficinas urbanas y también en Sahagún, Mansilla y Sahechores. Ahora hemos inaugurado otras dos oficinas en la capital, y ya tenemos comprados locales en Ponferrada, Astorga, La Bañeza, Valencia de Don Juan,... También estaremos en Bembibre, y no estamos cerrados a nada. A nivel nacional nuestra actividad se desarrolla hoy en Andalucía, Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia; así como en Ceuta y Melilla. A medio plazo estaremos presentes en todo el territorio nacional. -Y ¿cuáles son los objetivos de esta expansión? -La mayoría de nuestros socios y clientes son microempresas y pequeñas compañías, especialmente agroalimentarias, asi como la economía familiar. Para ellos, nuestro catálogo de productos se comercializa fundamentalmente a través de la red de oficinas, que es el principal instrumento de distribución comercial. Nuestro modelo de negocio es la banca minorista, con servicios bancarios y financieros, seguros, productos de ahorro, y desarrollo de nuevos canales tecnológicos, como la banca electrónica o banca telefónica. También ofrecemos productos como fondos de inversión o fondos de pensiones.

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