El cierre, decretado el 13 de mayo, mantiene a un centenar de industriales leoneses afectados
León espera que la Junta deje abrir el matadero antes del 15 de julio
El Ayuntamiento tendrá acabadas las obras de reforma a mediados de la próxima semana
El candado que se cerró el 13 de mayo todavía permanece estancado. Un bloqueo que espera a que se resuelvan las deficiencias marcadas por la Junta en su decreto de paralización de la actividad, después de que la autorización de funcionamiento hubiera vencido 15meses antes de la decisión, en diciembre del 2006. Pero esa demora, que dejó acabar el mandato anterior y espero hasta poco antes de que llegaran las supuestas inpecciones europeas de junio, mantiene comprometida la actividad de cerca de un centenar de industriales leoneses, que se han visto obligados a peregrinar a otras instalaciones: Astorga, dentro de la provincia, pero también Medina de Rioseco, en Valladolid, que absorben trabajo y beneficios. A este lado de la frontera, los entradores de León esperan que el plazo marcado se cumpla para poder volver a su esquema ordinario de funcionamiento, no condicionado por el aumento de costes de producción derivados del transporte a otras zonas. A mediados de la próxima semana, según las previsiones con las que trabaja el Ayuntamiento, estarán finalizadas las obras de reforma del suelo, realizadas por un empresa privada, que complementan a las ya ejecutadas para subsanar los defectos de albañilería y fontanería, que tuvieron que realizar las brigadas municipales. La conclusión de los trabajos a los que obligaba el acta de suspensión de la actividad firmada por los veterinarios de la Junta abre la vía burocrática. El trabajo queda pendiente de la reunión que mantendrán el Ayuntamiento y la Junta. El lunes pasado, en un acto público, el delegado autonómico, Eduardo Fernández, anunció que se reuniría con la concejala de Comercio y Consumo el miércoles (por ayer), pero al final la entrevista se demorará hasta el mismo día pero de la próxima semana. Del entendimiento de ambas partes, que no ha abundado durante las siete semanas que se arrastran de conflicto, debe aparecer la fecha de apertura de las instalciones, a la que precederá la inspección de los técnicos autonómicos que tienen que certificar que se han resuelto las deficiencias. Un alivio para el negocio. Una salida para el déficit que soporta el Ayuntamiento -cerca de un millón de euros anuales- que esta misma semana ha constituido la comisión que decidirá la forma de cambiar el modelo gestor. La entrada de un socio capitalista se anuncia como revulsivo para mantener la actividad, sin que sea una rémora para la administación. Primero abrir las puertas, luego encontrar cómo hacer para no tener que cerrarlas.