Una iglesia «relevantada» por su pueblo
La localidad vivió ayer una doble jornada festiva: a la conmemoración de su día grande se sumó la reinauguración de su templo, reparado por los vecinos
La localidad leonesa de Villaseca de la Sobarriba, situada a escasos 10 kilómetros de la capital, celebró ayer su fiesta por partida doble. Como cada año el pueblo salió a la calle para conmemorar su día grande, pero éste ha tenido una protagonista especial: su iglesia. Tras seis meses de obras, según explicó Antonio Barreñada, miembro de la organización. «Hemos llegado al resultado final, un resultado del que nos sentimos muy orgullosos porque lo hemos sacado adelante únicamente con las aportaciones de los vecinos del pueblo», añadió. «El cambio es abismal», comenta otra vecina del pueblo impresionada tras ver la restauración, «la obra era necesaria y nadie más nos iba a ayudar». El artista organizador de todo el trabajo realizado -restauración del artesonado, recuperación de los muros y del mobiliario y reparación de la escalera de acceso al coro como principales obras- ha sido Jacinto Gutiérrez, vecino de Paradilla de la Sobarriba. Autoridades municipales y locales que quisieron acercarse a la celebración y que descubrieron una placa conmemorativa, como el alcalde de Valdefresno -al que pertenece Villaseca-, Carlos Gutiérrez, el de Villaturiel, Valentín Martínez y el de Valdesabariego, Jesús García, estuvieron acompañados por el presidente de Caja España, Santos Llamas y el diputado provincial, Marcos Martínez. La jornada de fiesta ha sido todo un éxito y según Barreñada, unas 600 personas se congregaron en torno a la plaza de la iglesia. Tradiciones populares El acto de reapertura estuvo precedido por dos eventos habituales en la fiesta del pueblo. Primeramente tuvo lugar una procesión de la Virgen custodiada por treinta pendondes, pertenecientes cada uno de ellos a treinta localidades de la provincia que quisieron sumarse a la celebración. Seguidamente, se ofició una misa popular en la que destacó la participación de los vicarios Don Pedro y Don Jesús y del conocido Samuel Rubio, que puso su voz en toda la ceremonia.