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El acusado distingue entre el bien y el mal pese al transtorno psicopático que padece

La fiscal pide al tribunal que evite que Pedro Jiménez disfrute de permisos

El juicio por el asesinato de las dos policías leonesas quedará hoy visto para sentencia

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efe | barcelona

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La fiscal pidió ayer una sentencia condenatoria para el acusado de asesinar a las dos policías leonesas, Pedro Jiménez, que decrete, además, que los beneficios penitenciarios se aplicarán sobre la totalidad de la pena, lo que haría prácticamente imposible que el procesado pueda gozar de nuevos permisos. La acusación pública, que ha mantenido la pena de 103 años de prisión, realizó esta petición tras la declaración de los psiquiatras que examinaron al acusado, de 39 años, quienes han indicado que padece un trastorno de la personalidad psicopático, aunque ello no le impide distinguir entre el bien y el mal. La Audiencia de Barcelona celebró ayer la penúltima sesión del juicio por el doble crimen que ocurrió la mañana del 5 de octubre del 2004, cuando aparecieron muertas a puñaladas y con signos de haber sido víctimas de abusos sexuales dos agentes en prácticas del Cuerpo Nacional de Policía, Aurora R.G. y Silvia N.G. en el piso de L'Hospitalet del Llobregat (Barcelona) que compartían, que fue incendiado. Jiménez, un interno de Can Brians, condenado en ocho ocasiones por delitos sexuales y de robo y que gozaba de un permiso penitenciario el día de los hechos, es el único acusado y se enfrenta a casi 103 años de prisión por dos delitos de asesinato, agresión sexual, profanación de cadáver, incendio, robo con violencia, robo con fuerza y allanamiento de morada. Durante la sesión, los peritos psiquiátricos han destacado que el acusado, que desde los 16 años ha permanecido prácticamente siempre encarcelado, padece un trastorno psicopático «severo» y es una persona muy agresiva, con falta de empatía, hostil y dura, aunque sus capacidades volitivas no están mermadas. Declaración de los forenses También han comparecido los forenses que realizaron la autopsia de las dos chicas, que han subrayado que ambas presentaban una «indiscutible» expresión de dolor en sus rostros, pues una de ellas sufrió hasta nueve puñaladas y la otra cuatro, parte de ellas en zonas vitales, con lo que les provocaron la muerte, aunque también existen signos de estrangulación. Las jóvenes aparecieron en dos habitaciones distintas del domicilio, una en el suelo y la otra encima de una cama, ambas boca abajo, amordazadas, atadas de pies y manos con cuerdas y ropa, con varias heridas incisas, contusiones y signos evidentes de abusos. Los policías científicos que declararon ayer en el juicio manifestaron que hallaron dos huellas dactilares de Pedro Jiménez en el cinturón que ataba a una de las víctimas, así como restos de sangre, semen y saliva del acusado. Sobre el incendio que se declaró en el piso de las policías, ubicado en el barrio de Bellvitge, los peritos aseguraron que fue intencionado, con cuatro focos, tres de los cuales no llegaron a prender con fuerza, lo que impidió que el fuego afectara a los cadáveres.