LOS TESTIMONIOS
«Es terrible tener a alguien en una cuneta»
Hay testigos directos de los trabajos de los ocho voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica; testigos y parte del trabajo. Familiares de los enterrados durante siete décadas en un lugar perdido al lado de una carretera. «Cómo no vamos a estar contentos, de tenerlos tirados en una cuneta a poder enterrarlos en un cementerio; quien no ha padecido esto en su familia no sabe lo que significa tener a alguien en una cuneta, es terrible tener a alguien en una cuneta», se sinceró ayer Josefina Alonso, a los pies de la fosa común que guardó desde octubre de 1936 los restos mortales de su hermana María Alonso Ruiz, asesinada a los 32 años de edad. Los familiares de los represaliados, luego de años de silencio y sufrimiento, dedican expresiones emocionadas para los voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica: «Es impagable lo que están haciendo por nosotros, por justicia, por humanidad», explican al lado del lugar en el que la mañana de 10 de octubre del 36 aparecieron nueve cuerpos sin vida.