Salvador Gutiérrez: «Si un niño no lee bien, no llega a triunfar en los estudios»
El catedrático de Lingüística General de la Universidad de León y académico de la RAE, Salvador Gutiérrez Ordóñez, aseguró ayer que «si un niño no domina bien la lectura, no llega a triunfar en los estudios», ya que explicó que cuando un pequeño «lee mal, con dificultad, gasta toda su energía en la materialidad de la lectura y no ve más allá». Para evitar este problema, Gutiérrez Ordóñez abogó por incrementar las horas de lectura del niño y sobre todo por hacerlo «en casa», porque en su opinión los niños pasan «muchas horas viendo la televisión y con la maquinita» y leer es una destreza que «cuanto más se domina, más gusta y así tendrá un efecto multiplicador». Este académico incidió en que la lectura «juega un papel importante» e incluso citó que «es la puerta del saber». Asimismo opinó que la educación actual «siempre se puede mejorar», así como destacó que la evaluación de la misma hay que hacerla a través de la respuesta obtenida, algo sobre lo que aseguró que demuestra que «falta algo», porque las respuestas «no son buenas». Más horas en clase En cuanto a la solución, valoró que «hay varios frentes», entre ellos dedicar más horas a la enseñanza de lengua, «más dedicación durante los primeros años a la enseñanza de destrezas lingüísticas, a aprender a leer, comprender o escuchar», algo que «sería positivo», apuntó. Sobre este asunto destacó que esta tarea «depende de todos y es papel de todos», porque en su opinión, «un profesor de matemáticas o de geografía, si no se preocupa de la lengua, de que los alumnos no cometan faltas o pongan bien los signos de puntuación, es una batalla perdida». Gutiérrez Ordóñez resaltó que «estas destrezas hay que ir aprendiéndolas en etapas como la infancia y juventud, para el dominio del lenguaje», porque «nadie nace hablando bien», matizó. Por último, el académico, que ocupa el sillón S de la Real Academia de la Lengua, manifestó que el bilingüismo, «si es integrado, es positivo» porque siempre es «bueno que el niño conozca otra lengua además de la materna» pero si se da en «ambientes de marginación social, puede tener repercusiones negativas».