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| Reportaje | Otro valle inundado al descubierto |

El Luna, como antes de Franco

Las reservas del embalse que tiene que atender cada año a 60.000 hectáreas de cultivos leoneses bajan hasta el 10% de su capacidad y anuncian un cierre inmediato al riego

Publicado por
L. Urdiales - redacción
León

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El lodo se apropia del valle del Luna. El embalse está en caída libre y de mal en peor. Elemental: entran dos metros cúbicos cada segundo; salen 17. La sobre explotación de la presa, que tiene a cargo cada campaña más de sesenta mil hectáreas, tiene una combinación explosiva con la sequía Esa es la fórmula de la ruina de existencias que presenta la cabecera del sistema del Luna y Órbigo, que ya está en el punto temido y fácil de prever la pasada primavera: por debajo de los cuarenta hectómetros cúbicos, es decir al 10% de su capacidad de reserva. Los apuros se trasladan ya del fondo del embalse, río abajo hasta entrar por los canales y acequias, a la planificación de los cultivadores de maíz del Páramo, donde se espera que, como ocurrió hace dos campañas, le climatología acuda al rescate del sector económico más importante de la comarca. Sólo una borrasca en septiembre puede impedir el momento crítico de los cultivos retrasados enfrentándose a la necesidad de agua con el grifo cerrado en la presa de cabecera y la guardería fluvial con orden de abrir expediente a quien se salte la prohibición de tomar agua de los canales. Eso se verá de inmediato. Tan pronto como tarde el Luna en ceder otros diez millones de metros cúbicos (cada día salen más de un millón y medio por el muro de Los Barrios). La situación de esta cabecera se asemeja a la que se avecina para las reservas del Esla. «Ahora ya sólo nos falta en el Páramo que se repita un periodo invernal como el del año anterior, con pocas precipitaciones, y que el embalse no recupere ni una pizca de reservas hasta alcanzar sus niveles hídricos habituales. Ya sólo faltaba eso», declararon ayer alguno de los cultivadores del Páramo y el Órbigo, atrapados una campaña más en las medidas de restricción. «Sí, ya sabemos que aún no ha acabado el año hidrológico; pero de momento el pantano se ha quedado sin agua. Partimos otra vez de cero, a ver cómo se recupera ahora», replican. La alternativa no avanza Mientras, el Páramo espera la promesa de embalses intermedios para mitigar esta escasez, cada vez más habitual.