El 90% de los niños leoneses de hasta tres años no va a la guardería

La deficiente oferta pública en las guarderías leonesas dejará este curso a la mayoría de niños en sus casas. La provincia, como el resto de España, adolece de un equilibrio ajustado entre la demanda potencial y la propuesta administrativa, lo que lleva al 90% de los padres con hijos de hasta tres años a buscar una alternativa ajena a los servicios sociales de ayuntamientos y Junta para conciliar la vida familiar y laboral. El primer ciclo de infantil cuenta desde el miércoles con 956 alumnos, 575 en centros públicos y 381 en privados, tan sólo el 9,4% del total de chavales con edades comprendidas en el arco que abarca esta etapa. Desde el 1 de enero del 2005 nacieron en la provincia 10.149 niños, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, de los que 9.193 no aparecen como matriculados en ninguna de las escuelas leonesas. Muchos de los padres de estos menores optarán por cuidar ellos mismos a sus hijos, pero otros, como demuestran los datos de solicitud de plaza, no encontrarán alternativas después de escudriñar por las administraciones en busca de una plaza pública y descubrir, tras la tentativa frustrada, que únicamente las hay para unos pocos. Sólo en la capital, y durante el proceso de matriculación, Junta y consistorio contabilizaron 569 instancias para 343 vacantes. El 44% de los niños que la solicitó se quedó sin una plaza en aquellos centros en los que las tarifas conceden cuantiosas diferencias. Los centros gestionados por particulares son cuatro veces más caros que los administrados por las instituciones. La búsqueda de una escuela infantil ajustada al presupuesto familiar fuera de la oferta pública choca con unos precios homogeneizados, sin grandes ahorros. La horquilla baila entre los sesenta y cien euros de matrícula y los 250 y 400 euros de mensualidad, según el número de horas y comidas, que pueden ser hasta tres -desayuno, almuerzo y merienda-. Tras nueve meses, un desembolso de más de dos mil quinientos euros, como mínimo. El coste para muchos es ingobernable y al final son los abuelos los que reparten su tiempo para hacerse cargo de los nietos mientras los padres cumplen con su jornada laboral. Pero también los hay con suerte. Aquél que lleva a su hijo a una guardería sostenida con fondos públicos sólo paga, como máximo, 778 euros por diez meses si contrata comedor y 389 si no lo hacen -120 euros en las dependientes de la Junta - Menos flexible La contrariedad aquí es el horario de apertura de las instalaciones, más rígido que en las privadas, y en la ciudad sólo hay una escuela abierta hasta las nueve y media de la noche. La Unión Europea ya ha alertado de este desequilibrio y el Gobierno central ha inyectado mil millones de euros a las arcas de los diferentes ejecutivos autonómicos para que estos comiencen a crear suficientes plazas de guardería para cubrir, al menos, el 33% de la demanda potencial y cumplir así las recomendaciones llegadas de Bruselas. Sólo así será posible un verdadero concilio entre las funciones profesionales de cada uno y los deberes adquiridos como padres.