Diario de León

| Entrevista | Santiago Macías |

Comienzan las exhumaciones de estudiantes

El vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica cuestiona la integridad de un país democrático que ha olvidado a miles de muertos en las cunetas

Publicado por
L. Urdiales - redacción
León

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Cuatro días después de lo previsto, los voluntarios en el trabajo de campo de la ARMH comenzaron el proceso de exhumación de las víctimas enterradas en la fosa de los estudiantes, en las proximidades de Albires. Los restos mortales de cuatro cuerpos fueron localizados a lo largo dle día de ayer. La semana ha resultado complicada para la asociación, que llegó a echar mano de un georadar para la localización de los cuerpos a través de una lectura con detalle de la densidad de la tierra. A medio metro de profundidad la verdad esperó duarante setenta y dos años. Allí puede estar enterrado Hipólito paniagua; o José María Secundino Álvarez. Puede que Eauiterio Gutiéreez Corral. Algunos eran estudiantes de veterinaria; otros de Magisterio; se cree que otro joven que trabajabe en el campo entreó en el lote de aseinados por cuestiones de logística. Todo eso contiennen las fosas ilegales que se formaeron hace setenta años para limpiar de cadáveres de represaliados el campo. Enseñan hasta la crudeza de la muerte que les asignaron: tiro en la nuca, con el frontal reventado. La mandíbula aún guarda el gesto del dolor. Santiago Macías lleva ocho años sacando muertos de las cunetas. Así agita conciencias; sabe de la angustia de miles de personas marcadas por la muerte y desaparición de un familiar en la guerra o en la dictadura, ahora viven marcados por su deseo de encontrarlos. Así se resume el cometido de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, de la que es vicepresidente este berciano que cuenta próximo el momento en el que el Estado asuma la tarea que ahora sólo recae en los voluntarios. -¿Aprecia menos recelos en la sociedad para afrontar los desenterramientos de paseados? -La gente suele colaborar; hay menos reticencias, hay constancia de que no vamos a reabrir heridas, vamos a cerrarlas. Abrimos una fosa, la gente viene a por sus muertos, a los que no se dió el derecho ni a un entierro digno. -Sin embargo, hay colectivos contrarios a este proceso de abrir tumbas en las cunetas, a recuperar desaparecidos. -Creo que los colectivos que están en contra de las exhumaciones pecan de escasa cultura en cuanto al conocimiento y cumplimiento del derecho internacional, en lo relativo a los derechos humanos; y también demuestran un respeto nulo por el deseo de los familiares. Es triste también que un sector de la derecha se oponga a que las familias tengan noticias de un desaparecido por primera vez setenta años después de su muerte. -¿Aprecia miedo en algunos sectores a que se reabran causas a la vez que las fosas? -Eso corresponde a la Justicia. Nosotros reabrimos fosas, y cuando se abre una fosa se denuncia un crimen; dejar una fosa sin abrir a lo único que contribuye es a que no se sepa que hubo gente maltratada y asesinada sin ningún tipo de defensa. -Ustedes reivindican que debe ser el Estado quien asuma la función que ahora realizan, ¿Es optimista tras el auto dictado por Garzón? -Creo que el Estado puede coger en breve las riendas de este proceso. Hay años de trabajo detrás que han servido para que todas las instituciones se mentalicen de que hay que afrontar este reto, que es una obligación. No parece muy acertado que una democracia permita que haya miles de muertos ocultos en las cunetas bajo tierra. Hubiera sido bueno que los censos de desaparecidos se hubieran acometido cuando acabó la dictadura. -¿Se olvidaron o fue porque el miedo es libre? -Ahora parece que la transición que se ha vendido como modélica ya no lo es tanto, que tiene algunas lagunas cuando hay miles de cuerpos escondidos en las cunetas, cuando hay miles de personas que quieren recuperarlos. De ahí puede venir esa oposición a las exhumaciones, para no reconocer que el modelo no era tan ideal. No había razón para esperar tanto; en otros países al final de las dictaduras se han abierto procedimientos para aclarar las desapariciones. -¿La ARMH suma obligaciones o vocaciones? -Creo que sumamos la necesidad de la gente por encontrar a los suyos. Esencialmente. Hace ocho años nos vimos con un aluvión de peticiones de ayuda, y decidimos seguir adelante. Así nacimos. Así seguimos. «Negar la exhumación delata poca cultura en derechos humanos y falta a los familiares» SANTIAGO MACÍAS Vicepresidente de la ARMH

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