Los robos no cesan pese a que se han incrementado las patrullas nocturnas de los vecinos
Los alcaldes reclaman la presencia de guardias civiles para evitar los saqueos
Los representantes municipales solicitarán una entrevista con el delegado del Gobierno
Los ladrones no pierden el tiempo; mientras los vecinos afectados por robos y saqueos de cultivos y aperos o maquinaria agrícola se turna para vigilar sus pertenencias, los delincuentes se llevan buenos bocados de sus incursiones en las fincas. La última, en la noche del miércoles al jueves, se saldó con importantes daños en un pivo de riego, del que se llevaron cientos de metros de cable. Los alcaldes de la zona sur de León se reunirán en los próximos días para acordar medidas conjuntas y un planteamiento colectivo sobre incrementos de seguridad y presencia policial en las zonas rurales, con el claro temor de que los robos se trasladen del campo a las viviendas una vez que esté bien entrado el otoño y los pueblos se vuelvan a quedar sin habitantes, como sucede cada época invernal. Los representantes municipales trasladarán las propuestas que acuerden en esa reunión en una posterior con el delegado del Gobierno o el subdelegado del Gobierno en León, a quienes tienen previsto solicitar una reunión con el fin de exponerle la situación de riesgo e inseguridad que se viene en estas áreas que se extienden desde el sur de la capital leonesa y hasta el límite con la provincia de Zamora. «Justo en zonas en las que se mantiene una actividad económica inusual ya desgraciadamente en otros puntos del territorio rural leonés, y que están causando daños patrimoniales importantes», subrayó ayer Matías Llorente, alcalde de Cabreros del Río, uno de los municipios afectados por la actividad delictiva. Mientras, en los entornos del Esla se repitan cada noche las patrullas de vecinos que tratan de impedir a toda costa que se sucedan los robos de aparatos que tienen un valor respetable. Motores cuyo coste supera al de un vehículo de segmento medio, generadores o maquinaria de obra civil, objeto también de la apetencia de los ladrones. Los vecinos esperan que la presencia de las fuerzas de seguridad atenúe en alguna medida las secuencias de los robos, que se suceden a lo largo del verano.