El alcalde considera urgente arreglar el puente tras el último accidente

El alcalde de Villasabariego, Jesús García, ha vuelto a reclamar el ensanchamiento del puente de la localidad de Villarente, un paso que considera peligroso tanto para los viandantes como para los vehículos por su estrechez y por las malas condiciones de su calzada. El regidor entiende que es «muy urgente» acometer esa obra para evitar accidentes como el que se produjo el pasado viernes al chocar un autobús y una furgoneta en el viaducto. La colisión causó cinco heridos de diferente consideración y numerosas retenciones de tráfico. A juicio de García, el siniestro demuestra que el puente es «un paso conflictivo para la circulación que hay que solucionar». En ese sentido, solicita a las administraciones autonómica y estatal que se pongan de «una vez de acuerdo para acondicionar el puente y para no perder la ayuda de casi tres millones de euros que ha concedido el Ministerio de Fomento después de muchos años de lucha». El proyecto de ensanchamiento y mejora del puente permanece bloqueado por la negativa de Patrimonio a que «se muevan elementos esenciales del paso por su valor histórico y estético». Ante ese rechazo, los alcaldes de los cinco municipios afectados solicitaron el pasado verano su apoyo al delegado de la Junta, Eduardo Fernández, y al subdelegado del Gobierno en León, Francisco Álvarez, para iniciar las obras y aprovechar la subvención. Buenas palabras Sin embargo, «sólo hemos recibido buenas palabras, pero no se ha movido nada», lamenta. Los alcaldes temen que los retrasos y las dudas sobre el proyecto acaben desviando esos casi tres millones de euros a otra provincia, y anuncian movilizaciones si la ayuda, al final, se pierde. Jesús García insiste en que «lo principal es la seguridad, un aspecto que debería primar a la hora de aprobar la obra, y no exclusivamente la estética como exige Patrimonio, porque, además, el puente se ha tocado y retocado en los últimos años, su plataforma se ha recrecido con hormigón y está lleno de cables». También recuerda que los peregrinos del Camino de Santiago «no disponen de otro punto por el que cruzar y se juegan la vida, porque el puente carece de aceras».