Por un futuro sin hambre
León acoge esta semana conferencias, comercio justo, películas y campañas para reivindicar Pobreza Cero y acabar con el hambre de 923 millones de personas en el mundo Lo
León se suma desde hoy a la reivindicación de los pueblos a controlar sus políticas agrícolas y alimentarias; a decidir qué cultivar, qué comer y cómo comercializar; a producir localmente respetando el territorio y a tener el control de los recursos naturales. Estos principios básicos de las políticas de comercio justo y soberanía alimentaria serán los ejes fundamentales de la Semana de la Pobreza Cero, en la que participan la coordinadora de oenegés de Cooperación al Desarrollo de Castilla y León, Universidad de León, y el Centro de Acción Voluntaria de la Concejalía de Bienestar Social, que comienzan hoy con la inauguración de dos exposiciones y terminará el domingo. Unos de los actos centrales de esta semana tendrá lugar el viernes, Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza, con un acto público en la plaza de San Marcelo a las 12.00 horas. El conocimiento de que 923 millones de personas ven vulnerado su derecho a la alimentación y pasan hambre, 75 millones más que en el 2007, es la base para que un movimiento social, integrado por voluntarios y asociaciones no gubernamentales, esté alzando la voz de alarma. La crisis financiera ha trasladado a un segundo lugar a la crisis alimentaria, provocada por «el mal llamado libre mercado y la especulación que va asociada a éste», asegura Xosé María García, de Veterinarios Sin Fronteras, que dará una conferencia en León mañana. «Hay muchas otras crisis relacionadas con los alimentos, no sólo el precio, y tienen que ver con la pérdida de suelo fértil, fenómenos ambientales adversos relacionados con el cambio climático o la crisis ecológica global, desplazamientos de poblaciones campesinas o indígenas, que se ve reflejado por las migraciones del medio rural hacia la ciudad en estos países empobrecidos, pero también hacia los nuestros, y nosotros nos quedamos con el final de la historia, que llegan inmigrantes», asegura García. La alternativa a la pobreza de los pueblos no es, según los movimientos sociales que trabajan para la concienciación y erradicación, más mercado libre, más producción industrial, más semillas transgénicas, más abonos químicos y más pesticidas, «que lo único que hacen es reforzar a las grandes empresas y empobrecer al campesinado». La situación está provocando que se avance hacia una agricultura en la que no hay campesinos. Veterinarios sin Fronteras apoya la vía que se diseñó en Mali el año pasado, en la que se definió el concepto de soberanía alimentaria como el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente apropiados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. El movimiento social busca la forma de llevarla a cabo con redes de comercialización en circuitos cortos, cooperativas de consumo y producción agroecológica «para ir recuperando el trato directo entre consumidores y productores». García critica «un sistema absurdo de comercialización global de alimentos que rompe los ciclos de la naturaleza que hace que en nuestro país comamos frutas y carnes que vienen de la otra parte del mundo y que haya países dedicados a la explotación de alimentos para dar de comer a nuestro ganado o para fabricar agrocombustibles para nuestros coches mientras ellos están pasando hambre, esa es una de las paradojas de este sistema capitalista». «La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente apropiados, accesibles, producidos de forma sustentable y ecológica y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo» FORO DE MALI