«Cambio climático: Las mujeres rurales son parte de la solución»

EXISTE CONSENSO generalizado acerca del hecho de que todos los seres humanos se ven directa o indirectamente afectados por el cambio climático. Sin embargo, los impactos del mismo varían de un lugar a otro. Las mujeres rurales, que constituyen la mayoría de la población mundial dedicada a la agricultura, son parte de la solución, ya que contribuyen a contrarrestar algunos de los efectos del cambio climático mediante técnicas nativas o nuevos métodos de adaptación, tales como las prácticas agrícolas sostenibles (labranza cero o reducida, nuevos sistemas de cultivo) y estrategias de mitigación, como la plantación de árboles y el manejo sustentable de los bosques. De este modo, la mujer rural contribuye a hacer de este mundo un lugar más habitable. Las mujeres rurales juegan un rol vital como productoras de alimentos en un mundo en el cual el ascenso de las aguas y el aumento de las temperaturas pueden ocasionar un empeoramiento de las condiciones de producción debido a, como por ejemplo, la disminución de las tierras cultivables y el aumento de la desertificación. Las mujeres rurales están ya en la línea de vanguardia en los países con mayor riesgo de hambre y malnutrición. Con una población cada vez mayor y una creciente demanda de alimentos, ellas rurales enfrentan hoy el desafío de producir más con recursos limitados en un medio ambiente más riguroso. Con mejores equipos y mayor acceso a la tierra, al agua y a los insumos las mujeres rurales podrían producir alimentos en mayor cantidad así como en mejores condiciones. La inversión en el desarrollo de la capacidad de producción de las mujeres ha sido sumamente escasa. Por ejemplo, los gobiernos de los países de África destinan a la agricultura sólo el cuatro por ciento del presupuesto. ¡Esto debe cambiar! ¡El momento de tomar medidas es ahora! Hay diversas actividades a nivel nacional cuyo objetivo es mitigar los complejos efectos del cambio climático. Tales actividades son puestas en marcha por mujeres y para las mujeres, como lo son las tecnologías que no afectan el medio ambiente y el manejo de los recursos naturales. Las mujeres rurales deben ser consideradas agentes del cambio a través de la concientización y la educación. También es necesario el apoyo a políticas en materia de cambio climático que tengan en cuenta la cuestión del género para asegurar que las mujeres sean incluidas en los debates de tales políticas y en el diseño, monitoreo y evaluación de las mismas a nivel nacional, regional e internacional. Las mujeres rurales deben participar activamente en tales debates, de manera que las realidades locales puedan ser compartidas y consideradas en conversaciones cruciales sobre políticas, como las relacionadas con el cambio climático. Esto constituye una responsabilidad a nivel mundial todo a las mujeres rurales. Algunos de los efectos del cambio climático ya son conocidos. Además, existe un amplio consenso acerca de que este fenómeno es inducido por el hombre. En este contexto, mejorar la capacidad de producción y la sostenibilidad de la mujer rural mediante la educación, el entrenamiento, la capacitación y la tecnología apropiada es vital para evitar el hambre a nivel masivo y garantizar la seguridad alimentaria. Durante miles de años, las mujeres rurales han tenido a su cargo la responsabilidad de producir alimentos. Las difíciles condiciones a las que se han enfrentado deben evolucionar y ser superadas. Todos somos interdependientes en nuestro planeta: hombres y mujeres, tanto del campo como de las ciudades. Al favorecer mejores condiciones de vida y de trabajo para la mujer rural avanzamos hacia un mundo mejor en el que los efectos del cambio climático sean, en parte, mitigados y la malnutrición y el hambre sean reducidos sensiblemente. Que pasen un muy buen Día Mundial de la Mujer Rural, en unidad y solidaridad.