Los resultados de la auditoría ambiental de la ULE desvelan poca conciencia de ahorro energético
El 28% de los universitarios va en su coche al Campus y sin ningún ocupante
Más iluminación nocturna, mejorar la recogida selectiva y párking para bicis, algunas debilidades
La vicerrectora de Campus de la Universidad de León, Victoria Seco, el decano de la Facultad de Biología, José Carlos Pena, y el delegado para el programa de Calidad Ambiental, Estanislao de Luis Calabuig, presentaron ayer los resultados de la auditoria ambiental que la institución académica ha realizado desde el 2003. En la primera fase del estudio se han auditado los siguientes sectores: consumo y calidad de las aguas usadas, eficiencia energética de las instalaciones, análisis de movilidad vial y estudio de percepción ambiental de la comunidad universitaria. Esta ecoauditoría es el primer paso para lograr el certificado de calidad de gestión ambiental Emas, una normativa europea de carácter voluntario en la actualidad que reconoce a aquellas organizaciones que han implantado un SGMA (Sistema de Gestión Medioambiental). Con esta auditoria la ULE ha pretendido evaluar sus fortaleces y debilidades para iniciar las actuaciones oportunas. A este respecto, la vicerrectora de Campus insistió en el «compromiso prioritario de la Universidad con la sostenibilidad» y resaltó que uno de las primeras acciones es la «concienciación» de la comunidad universitaria. Además apostó por la coordinación entre las distintas universidades de la Comunidad para la puesta en marcha de planes conjuntos de mejora mediambiental. El proyecto ha sido elaborado por estudiantes de quinto curso de Ciencias Ambientales y dirigido por profesores y tutores de la asignatura de Auditoría Ambiental Aplicada, con la coordinación del Instituto de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Biodiversidad de la ULE. En cuanto a los resultados, que explicó el coordinador el proyecto, Estanislao de Luis Calabuig, cabe destacar que la mayoría de los vehículos que cada día llegan al Campus de Vegazana son ocupados por una sola persona y, tan sólo, en el trayecto de vuelta y por la tarde se comparten los vehículos. Una cuestión que preocupa a los responsables medioambientales de la ULE ya que la tasa de ocupación por vehículo se sitúa en 1,2, una de las más bajas de España. Además, el período de mayor circulación se sitúa entre las dos y las tres de la tarde y destaca también que la ocupación de aparcamientos está saturada durante las horas de clases. Por otro lado, los encuestados valoraron positivamente el transporte público, que tiene buena aceptación. Así, y respecto a la movilidad, el 49% de los miembros de la comunidad universitaria se desplazan al Campus a pie, mientras que el 28% lo hace en coche, el 15% en autobús, el 7% en bicicleta y el 1% en moto. Respecto al uso de la bicicleta, Calabuig explicó que la intención de la ULE es implantar las dos ruedas como forma de desplazamiento más habitual e incluso mediante sistemas de préstamo de bicicletas. Para ello, se deberá solucionar uno de los problemas actuales, la falta de aparcamiento de bicicletas que, junto con la necesidad de mejorar la iluminación exterior del Campus y el sistema de recogida selectiva de basura, forman parte de las debilidades detectadas por los universitarios dentro del apartado de «percepción ambiental».