«La consejería nos da una de cal y otra de arena»

Los miembros de la plataforma León Educa en Libertad consideran que la Junta les ha dejado «solos» en la batalla jurídica que libran para sacar del currículum de secundaria y bachillerato la asignatura Educación para la ciudadanía. Critican esta postura de ambigüedad porque la administración ha dicho que «está a favor de los objetores» y han calificado la asignatura de «lesiva». El «máximo exponente» de los argumentos de los padres contrarios a la materia es la adaptación que la Consejería de Educación ha hecho del programa curricular de Ciudadanía, al que ha quitado la carga ideológica, según justificó Juan José Mateos, y han vaciado de contenido. Este lavado de cara llevó al Gobierno a impugnar el currículum de Castilla y León, al considerar que la comunidad se había excedido en sus competencias y había diseñado unos bloques que no respetaban el decreto de mínimos de la administración central. La postura del Ejecutivo de Juan Vicente Herrera es clara, como la de todas las instituciones gestionadas por gobiernos populares: rechazo frontal a la nueva materia. Pero la estrategia para dinamitar su desarrollo es la de la trinchera; alientan a los detractores desde la barrera, mientras que en el coso llaman a cumplir la ley; envían una orden a los directores obligándolos a atender a los hijos de padres detractores al mismo tiempo que recuerdan los peligros de no asistir a estas clases. El discurso de los populares es el mismo que el de las familias que ven en esta materia un afán encubierto del PSOE por educar a sus hijos en conciencia, cuando lo cierto es que esta asignatura se estudia ya en la mayoría de países europeos.