La tentación vive en las cajas

«Las fusiones pueden ser virtuales, pero las soluciones a los retos que las entidades tienen planteados han de ser muy reales». Una reflexión que planteaba la semana pasada CC.OO. ante el proceso de integración de las cajas en la comunidad, y que se suma a las voces de los expertos que a lo largo de las últimas semanas, y ante el goteo de informaciones sobre el modelo de integración en Castilla y León, han abogado por aplicar la lógica empresarial y porque los gobiernos autonómicos eviten la tentación de convertir las cajas en bancos de desarrollo regionales manejados a su antojo. Pero la lógica empresarial pasa por superar los criterios de territorialidad, y eso parece mucho pedir para las autonomías. El poder de decisión El caso es que desde que Caja Madrid, La Caixa y Unicaja trasladaran a Rodríguez Zapatero la conveniencia de reformar los criterios que dejan en manos de los gobiernos autonómicos la decisión sobre el futuro de las cajas, y el presidente del Gobierno trasladara al Congreso su apuesta por las fusiones para hacer frente al cambio en el modelo de sistema financiero, las autonomías han pisado el acelerador para consolidar la agrupación de cajas en su territorio y asegurar que sus recursos quedan a disposición del desarrollo regional. Los expertos piden desligar la situación de crisis del acelerón en los procesos de fusión (o grupo contractual, en el caso de Castilla y León). Pero lo cierto es la situación actual se está aprovechando para concentrar territorialmente las cajas, y no para permitir fusiones interregionales, que son las que realmente promueven economías de escala para ganar competitividad. En el caso del PP la ponencia económica de su último congreso en Castilla y León es clara: «O movemos o la realidad nos va a mover». No hacer nada, en opinión de los populares, llevaría a que el sistema financiero de la comunidad pierda peso. Incluso el Banco de España, que ha asesorado y avalado el modelo de «fusión virtual» con el que Castilla y León ha esquivado las aristas de una fusión entre sus seis cajas, considera «absolutamente inevitable» un proceso de fusiones en el sistema financiero que permita ajustar las dimensiones de las entidades a las dificultades de financiación y la reducción del negocio. El presidente del Gobierno animó el proceso explicando que las fusiones pueden contribuir «a un mapa más racionalizado, eficaz y competitivo del sistema financiero». Cambios en la Lorca El caso es que, más allá de los movimientos internos de las autonomías, el Gobierno prepraa cambios legislativos que favorezcan las fusiones interregionales. Sobre la mesa está ya un borrador para modificar la Ley de Órganos Rectores de las Cajas de Ahorro (Lorca), en el que trabajan de manera conjunta el Ministerio de Economía y el Banco de España. Los expertos consideran que el momento es el oportuno, aunque reconocen que un cambio en las cajas requiere contar con un consenso mayoritario entre los agentes económicos y sociales. Y, sobre todo, entre los políticos. La Confederación Española de Cajas de Ahorro (Ceca) ha reiterado en las últimas semanas su planteamiento de reducir al 25% el 50% actual de participación política en las entidades, lo que en su opinión desbloquearía las fusiones interregionales. Y además se reformaría la personalidad jurídica de las cajas, y se controlaría la actual subordinación de las entidades al poder político. El documento que elabora el Gobierno suprime la potestad que tienen ahora las autonomías de vetar las fusiones entre cajas y refuerza el papel del Banco de España como regulador nacional que tiene la última palabra. Incluso algunos expertos apuestan por aprovechar la situación de crisis y aprobar el modelo a través de un decreto ley, para abreviar el proceso. Sería, en cualquier caso, una norma que favorecería a las grandes cajas del país.