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El documento de integración contempla que la nueva sociedad esté funcionando en diez meses

Los consejos de las cajas tendrán que aprobar en tres meses el nuevo modelo

Un grupo de trabajo desarrolla ya un contrato que los directivos empiezan a estudiar ahora Un s

León

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Tres meses tiene en principio el grupo de expertos que deberá desarrollar la letra pequeña del grupo contractual paritario de la sociedad Cajas Castilla y León para enviar su dictamen a los consejos de administración de las seis entidades implicadas. Entonces los consejos de Caja España, Caja Duero, Caja Burgos, Caja Círculo, Caja Ávila y Caja Segovia deberán aprobar la fórmula de integración, un acuerdo condicionado a la aceptación posterior de las asambleas generales de cada entidad. Para pasar este trámite habrá un mes más. El nuevo organismo financiero de la comundiad tendrá entonces tres meses para realizar los trámites que lleven a la sociedad a inscribirse en el Registro Mercantil; contemplando ya los órganos comunes y sus competencias. Por último, habrá un plazo de otros tres meses para ejecutar la integración. En resumen, Cajas Castilla y León será operativa en unos diez meses, si se cumplen los plazos establecidos en el documento que el jueves pasado fue expuesto a los agentes sociales y económicos y a las propias entidades afectadas por lo que el presidente de Caja España, Santos Llamas, denominó este fin de semana «fusión fría». El contrato del grupo financiero se establecerá inicialmente por quince años, para pasar luego a ser indefinido; y según el proyecto se establece que para que una de las entidades integradas pueda abandonar el grupo debe comunicarlo con dos años de antelación. Además, si alguna entidad decide no entrar ahora en el grupo y pretende hacerlo más tarde, no lo hará en igualdad de condiciones que las que acepten en este momento la participación en la sociedad común. El documento contempla que la sociedad central (será una sociedad anónima participada por todas las cajas y supervisada por el Banco de España) tendrá otras sociedades complementarias, como una que gestionará las cuotas participativas cuando la nueva entidad decida salir a bolsa; o la que gestione los fondos de titulización cuando el grupo necesite obtener financiación para cuestiones concretas. Por lo que se refiere al reparto de los beneficios, el grupo de trabajo estudiará una solución sobre la que en principio se plantea como la que tiene más posibilidades: un sistema de reparto en función del porcentaje que corresponda a cada caja, pero con la elaboración de unas cuentas comunes que «permitan reforzar la integración». Desde mañana tres expertos de cada caja de la comunidad trabajarán con los responsables de la Consejería de Economía y Empleo y representantes de los sindicatos y la patronal para diseñar, con el asesoramiento del Banco de España, este modelo. Mientras, los equipos técnicos de las entidades comienzan a estudiar ahora el documento que se les acaba de entregar.