En-caja la bola

Los ahorradores-impositores que han confiado su dinero a Caja España, esperan desde hace días señales de tranquilidad. Pero no llegan. Ninguno de los dos señores -burgalés y segoviano, segoviano y burgalés, tanto monta- muñidores del invento, sobre todo el «listo útil» -como lo definen ya desde las filas contarias a la operación de absorción de Caja España en cajacastillaleón- han sabido explicar la operación, que se fraguó a espaldas de los impositores y, por supuesto, de León. Ahora tratan de encajar las fichas como las bolilleras sus bolillos, eso sí con menos destreza. Y, mientras, los impositores se preguntan: ¿Quién le ordenó decir sí a la conveniencia con la Junta para llevarse casi lo único que le quedaba a León? ¿Qué gana López, el enviado monclovita, en la operación? ¿Dice sí sólo por favorecer los sectores estratégicos castellanos? ¿Quién es López para tomar decisiones por un tipo de Valbuena del Roblo o de la Mata de la Riva, que ha depositado desde hace cuarenta años sus ahorros en la cuenta del monte de piedad? ¿Hay democracia? ¿Se están riendo de los leoneses? ¿Son indicios o evidencias que los políticos tienen la certeza de que hagan lo que hagan son intocables? Tranquila, Castilla, que López va a con-vencer a León.