Pequeños gestos frente a la crisis
El ahorro se esconde a veces en costumbres cotidianas en las que apenas se repara. Colocar aireadores en los grifos puede permitir un ahorro de 200 euros anuales en un hogar medio; apagar por completo los aparatos electrónicos supone dejar de g
El ahorro tiene muchas caras. Y a menudo se esconde en pequeños gestos cotidianos. Mientras los grandes líderes mundiales buscan fórmulas para establecer las nuevas reglas de la economía, las familias se preparan para capear la crisis reduciendo el consumo y controlando sus gastos. Pero no todos. A veces los euros se escapan de los hogares por rendijas en las que ni siquiera se repara. Por eso precisamente ahora proliferan los mecanismos que permiten realizar pequeños ahorros todos los días, que al final del año se traducen en un importante recorte del gasto. Valgan dos ejemplos: colocar aireadores en los grifos del hogar puede permitir un ahorro de 200 euros al año en agua y energía; mucho más alto en el caso de las empresas, hostelería, hospitales,... O apagar los aparatos electrónicos que suelen estar permanentemente en stand by , que supondría una reducción en el consumo eléctrico de unos 40 euros anuales por hogar. El consumo de agua es un gasto en el que apenas se repara, de momento, en ciudades como León, donde este servicio es aún asequible, según los expertos. Otra cosa será cuando se aplique la normativa europea que obligará a subir los recibos por este concepto. El caso es que el gasto no suele ser sólo de agua, sino que va acompañado la mayor parte de las veces de consumo energético para calentarla. Un triple gasto, al final: el del recurso natural, el de la energía para calentarla y el de las emisiones de CO2 por el uso de esa energía. Según explica Manuel López, de la empresa Acctalia, especializada en mecanismos de control de caudal de agua, los filtros o aireadores pueden suponer un ahorro de más del 50% en el agua que se consume en el hogar. Los expertos realizan un estudio del caudal de agua de cada grifo, y aplican estos dispositivos, que reducen el flujo. En un hogar medio, de cuatro personas, el ahorro puede suponer unos 200 euros al año. «En un establecimiento hotelero medio, como es el caso de uno de León donde hemos colocado estos aparatos, el ahorro con una ocupación del 70% supone 350 euros al mes; y unos 4.000 euros anuales. La inversión que se realiza se recupera en apenas 50 días de uso», explica López. Y es que el agua caliente supone el 26% del consumo energético de un hogar medio. El mayor gasto, sin embargo, es el de la calefacción. Ahí el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía es tajante: cada grado que se sube la calefacción supone un incremento del consumo energético del 7%. Por eso conviene utilizar programadores y termostatos que fijen la temperatura del hogar en invierno en unos 20 grados de día, y 3 ó 4 menos de noche. Es la denominada «temperatura de confort». Cuando se deja la casa por unas horas es suficiente que la calefacción esté a 15º; y para ventilar es suficiente con diez minutos de ventanas abiertas. Cerrar ventanas y cortinas por la noche también contribuye a evitar la pérdida de calor. Bombillas de bajo consumo, control de la iluminación exterior, cuidado en el mantenimiento de los electrodomésticos, aprovechar que se calienta la plancha o el horno para utilizarlos más tiempo, comprar electrodomésticos energéticamente eficientes, utilizar ollas a presión y aprovechar el calor residual de las cocinas, tener sistemas de ahorro energético en el ordenador, un salvapantallas negro,... Multitud de pequeños gestos que según la guía del ahorro del Idae van restando euros, muchos más de los que se piensa, a la factura de la luz que cada mes o cada dos meses se cobra a las familias. No son gastos sin importancia. Por ejemplo, tener «en espera» el televisor es un gasto continuo de electricidad. El organismo recomienda conectar el televisor, la cadena de música, el vídeo, DVD, decodificador, etc. a una base de conexión múltiple («ladrón») con interruptor. «Al desconectar el ladrón apagaremos todos los aparatos, y podemos conseguir un ahorro superior a los 40 euros anuales», explica el instituto. Pequeños gestos que reconfortan el medio ambiente, pero también, y mucho, los bolsillos.