Le piden tres años de prisión por conducir ebrio y matar a una joven El acusado dice que no provocó el accidente

El juzgado de lo Penal número 1 de los de León pasará vista oral el próximo día 25 de noviembre, a partir de las 11.05 de la mañana a la acusación que pesa sobre un individuo, mayor de edad y sin antecedentes penales, al que se acusa de un delito de homicidio imprudente por la muerte de una joven en un accidente de tráfico cuando a criterio del Ministerio Público, se encontraba conduciendo bajo los efectos del alcohol. Por todo ello solicita una pena de tres años de prisión, cuatro más de retirada del permiso para conducir vehículos a motor y además indemnizaciones por valor de 140.000 euros. Los hechos se produjeron la tarde del 27 de febrero del 2003. De acuerdo a la versión que maneja la fiscal, el acusado conducía su Ford Mondeo cuando invadió el carril contrario a la altura de Mansilla del Páramo, en el término municipal de Bustillo del Páramo. El Renault 9 en el que viajaban las víctimas trató de realizar una maniobra para esquivar el impacto pero finalmente se produjo un choque frontolateral a resultas del cual una muchacha de 21 años perdió la vida prácticamente en el acto. El procesado ofreció una tasa de 0,59 miligramos de alcohol por litro en la primera prueba de alcoholemia y cuando se le realizó la segunda, el nivel subió a 0,63. La conductora del vehículo resultó muerta en el acto y su acompañante herida muy grave. El parte médico registró fracturas costales, isquiopubianas, en el fémur de las dos piernas y en una mano. 1.096 días de baja Trasladada al Complejo Asistencial de León, permaneció hospitalizada por espacio de 115 días y posteriormente estuvo impedida para la realización de sus labores cotidianas durante 1.096 días. Por las secuelas, tendrá que utilizar siempre muletas y en los desplazamientos largos una silla de ruedas, por lo que se aconseja declarar su invalidez permanente. El fiscal propone una pena de tres años de prisión y una indemnización de 50.000 euros por los daños ocasionados y 90.000 euros por las secuelas que originó el accidente. A criterio de la defensa del procesado, solamente procede la libre absolución de su patrocinado, en tanto en cuanto desde su punto de vista, el acusado no fue el culpable del accidente. «Por motivos que desconocemos, el vehículo en el que viajaban las víctimas realizó una maniobra extraña», señala el escrito de defensa, que se muestra disconforme con la descripción correlativa de los hechos, por lo que entiende que no existe delito alguno cometido por el sospechoso, para el que se exige la absolución con todos los pronunciamientos.