Ocho agentes y un oficial componen el grupo, creado por el Ayuntamiento de León en junio
La policía controla a un menor que en un solo curso acumuló 493 incidencias
En seis meses, la Brigada de Menores de la Policía Local ya contabiliza más de 1.000 intervenciones
león
La Brigada de Menores de la Policía Local de León, el denominado Grupo Paidos, tiene registrado el caso de un estudiante que en un sólo curso ha protagonizado 493 incidencias escolares. Faltas de asistencia a clase, peleas y episodios de bulling son los casos más habituales del muchacho, matriculado en un instituto de la capital. Solamente en el transcurso del mes de octubre, los efectivos de la Brigada de Menores han intervenido en 300 casos. Consumo de alcohol o drogas, delitos contra la propiedad intelectual y vigilancia en general son las principales áreas en las que se desarrolla su actividad.
El concejal delegado de Tráfico, Policía y Movilidad, José Antonio Díez, celebra los excelentes resultados que está ofreciendo la iniciativa: «Teníamos especial interés en poner en marcha esta brigada. Los menores son un sector de población muy especial. Un ayuntamiento ha de modernizar su servicios y aunque nuestros policías estaban perfectamente adiestrados, ahora disponemos de un grupo especializado».
Ocho agentes y un oficial componen el Grupo Paidos, creado por el Ayuntamiento de León en junio de este año para atender de forma especializada los asuntos relacionados con niños y adolescentes, aunque el grueso de sus actividades en la práctica se dirige a chavales de entre 12 y 18 años. Visten de paisano para evitar ser reconocidos y patrullan también en coches camuflados, en parejas. «Jueves, viernes y sábado son los días más conflictivos y por estaciones, la primavera y el verano son las etapas más activas», apunta el oficial.
«Básicamente nuestra misión es vigilar el cumplimiento de la Ley del Menor en la vía pública. Controlamos que pubs, bares y supermercados no vendan alcohol a los chavales, supervisamos que en horario lectivo no estén fuera de clase, tratamos de evitar que consuman drogas y en definitiva, velamos por su seguridad», destaca el oficial, que por razones de seguridad, al igual que los agentes, se mantiene en el anonimato.
Desde su puesta en marcha en junio y hasta el pasado 30 de octubre, la Brigada de Menores ha realizado 450 identificaciones a jóvenes de menos de 18 años y 500 a adultos. El 40% de sus intervenciones se desarrollan en los parques de la capital y en todo este tiempo ha sido necesario avisar a 130 familias para que se hicieran cargo de sus hijos, mayoritariamente porque son víctimas de intoxicaciones etílicas o acusados de pequeños delitos. «También hemos tenido 22 faltas penales, pero los casos graves son la excepción».
Más medios
Apenas medio año después de su creación, las exigencias en materia de medios se han hecho notables. «Empezamos trabajando con nuestro propios teléfonos móviles personales, por ejemplo, y a día de hoy, no disponemos de ordenadores portátiles para poder remitir los informes sin necesidad de desplazarnos al cuartel». La intención es elevar una propuesta a la alcaldía antes de que acabe el año para tratar de subsanar deficiencias de estas características».
Las mejores relaciones institucionales de la Brigada Paidos se establecen «con mucha diferencia» con el poder judicial local. «Fiscales y jueces nos entienden de maravilla, de verdad». Las mayores tiranteces se localizan en los colegios. «A veces son un poco reacios a nuestras intervenciones, prefieren arreglar las cosas a nivel interno».
Paidos critica la escasa concienciación que tiene a veces el sector hostelero con el consumo de alcohol entre menores. «Intervinimos en un pub donde había 60 personas. 45 eran menores, que estaban bebiendo y el propietario quería hacernos creer que no se había dado cuenta. Había por lo menos media docena de chavales de doce y trece años...». Sucede lo mismo con la pornografía en las tiendas de «los chinos» donde películas de dibujos animados y películas eróticas están mezcladas.