«Luchemos simplemente porla real aplicación de dos artículos»

Decidió dar un vuelco a los tradicionales discursos del día de la Constitución. Eduardo Fernández imaginó con sus palabras desbaratadas interpretaciones de la Carta Magna -”entre la parodia y la ironía-” para culminar exponiendo que sin «la necesidad de grandes reinterpretaciones, ni de retorcer el espíritu de consenso constitucional hallado en el sensato punto de encuentro de la mayoría de los españoles, volvamos hoy nuestra mirada limpia a algunos preceptos del texto constitucional para pelear simplemente por la real aplicación de dos artículos».

Se trata del 15 y el 35, «que asegurarían que teniendo todos derecho a la vidad, ningún malnacido nos habría dejado esta semana sin un conciudadano asesinado por el sinsentido terrorista, ninguna conciudadana agredida por quien más decía quererla y sólo quería tenerla y ningún español con ganas y necesidad de trabajar privado de un empleo». «...Dios bendiga la Constitución de este gran país en el que cuando alguien desea lo que sea invoca siempre -”un tengo derecho a-” que ha hecho que a esta Constitución celebrada hoy le salgan más derechos y libertades que a mí kilos». Ejemplificó tres casos de «reinventados derechos subjetivos individuales que como reverso han activado la obligación de otros ciudadanos «con constitucional resignación»: la polémica de los crucifijos, protestas descontroladas en la calle y las celebraciones futboleras.