Diario de León

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La tele de la meseta

La insistencia de comentaristas de la televisión pública empecinados en definir al Ademar como «castellanoleonés» no ha sentado bien entre la clase política leonesa

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León

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La cosa está que arde. Y los leoneses. Resulta que en los partidos recientes del insigne equipo leonés Ademar (porque es leonés aunque algún locutor de Televisión Española no lo sepa) retransmitido en directo a través de uno de los canales de la corporación pública, el tipo que narraba se permitió el lujo -”no se sabe imbuido por qué tipo de ciencia-” de distinguir a la formación marista como equipo «castellanoleonés». O sea, que un equipo de León es castellanoleonés porque está en una autonomía (estructura de organización administrativa de nuevo cuño -”no tiene más de treinta años a pesar de lo que quieran hacernos tragar-”) que se da en llamar Castilla y León, se lamentaba

ayer un conocido político leonés nada sospechoso de atacar el reparto autonómico actual. Es decir, que si a algún iluminado se le ocurre formar una autonomía entre Aragón (Huesca, Teruel y Zaragoza) y la Rioja, el Club Balonmano Ciudad de Logroño para el ávido narrador de TVE, que se sostiene con impuestos incluidas las pérdidas, se iba a llamar aragonésriojano o riojanoaragonés. Es sólo un ejemplo gráfico, que perdonen los de una y otra región por el exabrupto. No parece que la afición leonesa, que también sostiene al equipo ademarista con sus impuestos, igual que los destina a la TVE, esté muy dispuesta a perdonar el atrevimiento de meter la política encima del deporte y de aguantar un gentilicio que parece obra de expertos en genética -”se junta algo de Castilla con algo de León y sale castellanoleonés; el problema es que el Ademar no tiene más que una parte-” esos que soñaron crear un nuevo espacio, con sus fronteras y todo, juntar nombres e inventar hasta la denominación de los hombrecitos a los que se les hubiera ocurrido nacer allí. El lamento del político que ni siquiera apostaría por otro mapa administrativo continúa: «Ya era lo último que nos faltaba en León, que un medio de comunicación público se sume a la carga que soportamos a diario; llamarnos así es una falt

a esencial de respeto, juntar churras y merinas, nunca mejor dicho».

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