Mecidos por la brisa del Guadalquivir

redacción

Colores que simbolizan a León, a tierras como Jiménez de Jamuz, Palacios de la Valduerna, Pedrún del Torío, Villaverde de Sandoval o Mansilla Mayor. Hasta una veintena de pendones pasearon ayer su orgullo por el corazón de Sevilla en un duelo con la Giralda en historia y devoción. Fue el acto más popular celebrado en la capital hispalense para sacar a la calle una de las tradiciones más arraigadas de la cultura leonesa.

Tambor y dulzaina, bailes regionales, la Real Cofradía del Botillo, representantes de la Casa de León y miembros de la Corporación Provincial -”con la presidenta, Isabel Carrasco, a la cabeza-” acompañaron al cortejo. La mirada de cientos de curiosos hacia los estandartes y su descomunal tamaño.

Autoridades sevillanas ofrecieron a la delegación leonesa después una recepción en el Ayuntamiento, donde la responsable del Palacio de los Guzmanes invitó a todos a visitar León para conocer su patrimonio y múltiples atractivos. Destacó allí también la «importante labor» que realizan las casas de León en la promoción de su tierra en varios sitios de España y en Hispanoamérica.

«Venimos hasta la capital andaluza a testimoniar nuestra admiración a los leoneses que un día os vistéis obligados a dejar nuestra tierra en busca de un mejor futuro. Sois un ejemplo a seguir, porque entre vosotros se vive con mayor sentimiento lo que significa León; os traemos el afecto de toda la provincia».

Ofrenda floral ante el monumento de San Fernando y cita en los Reales Alcázares. Allí, Carrasco destacó que León y Sevilla «son pueblos hermanos que a pesar de la distancia están unidos por la Ruta de la Plata, una calzada que estamos obligados a impulsar como una de las rutas de turismo cultural de mayor interés de España y Europa». Además, reivindicó que sea una vía de comunicación de alta capacidad para contribuir al progreso del territorio que atraviesa.

El pregón del presidente del Tribunal de Cuentas, Manuel Núñez Pérez, dio paso a un concierto y la cena.