Sólo cinco territorios superarán al leonés en la tabla de crecimiento negativo hasta el 2018
León triplicará en los próximos 10 años su pérdida actual de habitantes
Las previsiones del INE avanzan el ocaso poblacional que le espera a la provincia leonesa
redacción
El último respiro concedido a la pirámide poblacional de León aparece con fecha de caducidad. Las previsiones que el Instituto Nacional de Estadística ha proyectado sobre la tendencia vegetativa de las provincias españolas convierten la realidad del último padrón de población leonesa en un espejismo. El INE estima que León perderá en los próximos diez años más de diecisiete mil quinientos habitantes. Eso supone que la recesión de población se multiplicará por tres con respecto a la pérdida de habitantes registrada desde el estreno de siglo hasta ahora.
El recorte porcentual que afectará a la provincia en la próxima década alcanzará un 3,6%, mientras que en los ocho años anteriores esa resta rozó el 1%.
De acuerdo con la apreciación estadística que ayer hizo pública el INE León perdió 3.981 habitantes entre el 2002 y el 2008, mientras que el descuento absoluto que pude alcanzar entre el 2009 y el 2018 será de 17.560. El vaticinio que arma el Instituto Nacional de Estadística en base a parámetros sociales y económicos arroja un dato revelador del futuro que le queda a León en el próximo decenio, no más halagüeños que los sucesivos; cada año, hasta el 2018 la provincia perderá 1.756 habitantes. Desde inicios de este siglo la sangría poblacional alcanzó un promedio anual de -655 habitantes.
Marcado el augurio, a León no le queda ni amparo en el consuelo del mal ajeno. La hemorragia poblacional leonesa sólo encuentra cinco ejemplos más graves en el panorama estatal que respecto a distribución de habitantes pinta el INE; Lugo se enfrentará a una pérdida del 6% de su población actual; Ourense a un 5,6%; Zamora, un 5,1% y Palencia un 4,4%. El siguiente en la lista de depauperados es León.
La resta sobre el total de habitantes también va a afectar a territorios como Vizcaya (que va a perder el 2,4% de sus habitantes en un plazo de diez años) o Asturias, Cáceres y Guipuzcoa, donde la recesión prevista llegará al 1,5%. Las previsiones ofrecen resultados positivos en el resto de territorios españoles.