Los cazas estaban ejecutando un ataque frontal que acababa con un «disparo a cola» del avión
Defensa investiga por qué el piloto de Carrizo no salió eyectado de su avión
La maniobra en la que se produjo la colisión se había repetido antes en numerosas ocasiones
león
El Ministerio de Defensa investiga por qué no salieron eyectados de su aparato ninguno de los tres pilotos fallecidos en el accidente aéreo entre dos cazas Mirage F-1, ocurrido el pasado día 20 de enero en la provincia de Albacete, en el que perdió la vida el teniente Roberto Carlos Álvarez Cubillas, natural de Carrizo de la Ribera. El equipo investigador no encuentra explicaciones para el hecho de que ninguno de los tres pilotos accionara el mecanismo de emergencia para casos extremos, circunstancia que parece avalar la tesis de que el impacto fue tan repentino que apenas tuvieron tiempo de reaccionar.
El mecanismo de eyección es un dispositivo que permite al piloto abandonar la cabina a propulsión cuando entiende que se ha producido una emergencia que pone en grave peligro la integridad física del aviador. Se encuentra ubicado bajo el asiento y según los expertos en la materia, es una maniobra que requiere también sus sesiones de entrenamiento, ya que ejecutarla de forma incorrecta puede causar importantes lesiones en la columna vertebral, politraumatismos e incluso daños oculares.
Operativo básico
A groso modo y de forma muy básica se puede resumir que el operativo se pone en marcha gracias a una «palanca» ubicada entre las piernas (no siempre) que una vez activada, provoca que la cabina del avión salga despedida y a continuación libera el conjunto piloto-asiento. Una vez liberado, se activa el primer paracaídas y posteriormente, a una altura variable en función de los modelos, el asiento se despega del piloto.
Defensa ha centrado la investigación en conocer cuáles fueron los motivos de que ninguno de los tres fallecidos activara este sistema, a pesar de que estaban suficientemente capacitados para su utilización, dado que los capitanes acumulaban más de 1.000 horas de vuelo y en la conciencia de que aunque el teniente de Carrizo había volado menos horas en este modelo de avión, contaba con experiencia y preparación sobrada como para su utilización.
Por el momento, los resultados definitivos del informe no se han hecho públicos y es bastante probable que la investigación se resuelva a nivel interno, con extensión sólo a los familiares.