| Análisis | La oportunidad perdida |
Lo que el agua se llevó
Cientos de cultivadores leoneses no pueden participar de los resultados de la campaña tras verse obligados a renunciar a las siembras azucareras por el reparto hídrico que hizo la CHD
redacción
Parecen lejanos aquellos meses de la pasada primavera, con los productores remolacheros de León pidiendo agua, implorando a la CHD para que administrara con justicia las escasas reservas de los embalses leoneses y no les dejara sin recurso para regalarlo a otros territorios. Parecen lejanos, sí, pero los afectados no los van a olvidar. Basta con que vean el resultado que ha dado el cultivo azucarero esta campaña que a ellos se les negó porque no había agua para León ya que los dirigentes de la CHD decidieron llevarla a lugares innombrables, presionados por entidades innombrables, para las que los productores leoneses importan menos que los de la frontera sur. La historia, esta historia, no tiene más cuento. Las centenas que no pudieron cumplir con sus perspectivas de negocio para la campaña en curso no pueden ni desahogarse. Si acaso cruzar los dedos para que en una tesitura similar la respuesta de la CHD no se ala misma, porque con el agua se hurta también una porción de futuro. Aquellas comisiones de desembalse de agua de la pasada primavera con los comisarios de agua declarando por las bravas las intenciones de quitar todo el agua a León (véase el Páramo Bajo) ya tienen precio: más de 40 euros por tonelada, a una media de noventa por hectárea. Cada perjudicado ya tiene algo que rememorar de la campaña azucarera de la que fue excluido.