Un repaso a la historia del templo
El altar de 1730 se elevó para adaptarse a la nueva iglesia
Desde la fecha de coronación de la Virgen del Camino, en 1930, surgieron voces que reclamaban un nuevo santuario. La primera piedra se colocó en 1957, gracias al benefactor leonés, afincado en México, Pablo Díez Fernández, quien también sufragó una casa de ejercicios, un colegio internado y un convento para la comunidad de Padres Dominicos, que serán los nuevos rectores del Santuario. Francisco Coello de Portugal es el autor de todo el proyecto arquitectónico, que conjuga el hormigón, la madera, la piedra y el vidrio, según el nuevo estilo de arquitectura religiosa iniciado en la década de los cincuenta. Precisamente, en esa época se amplió el retablo original de 1730, que era abovedado como la iglesia primitiva. Los añadidos se colocan en su parte superior e incluyen varios ángeles, los escudos de los reinos de León y Castilla y un relieve de San José. El templo posee un gran volumen rectangular, que sugiere la forma de un sepulcro que cobija al gresucitado, noticia que proclama el campanario de 53 metros de altura. Las esculturas y las cuatro puertas de acceso son de bronce.