El TSJ anula el traspaso a la Junta del Conservatorio de Música de León

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Si una «sol» y una «fa» no suenan igual, tampoco son lo mismo una sucesión empresarial y un traspaso. El Conservatorio de León fue traspasado de la Diputación a la Junta de Castilla y León, en virtud del pacto local entre ambas administraciones, pero en realidad, tal y como ha dictaminado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, fue una sucesión empresarial.

La diferencia estriba en que la sucesión empresarial obliga a contar con la participación de los representantes sindicales de los trabajadores, mientras que en un acuerdo a dos bandas, como el que se realizó, la plantilla queda al margen de la negociación.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha dado la razón a Comisiones Obreras, lo mismo que hizo ya en las demandas contra los casos de Burgos y Valladolid, y anula la integración del Conservatorio de Música de León, de septiembre del 2007, «por ser contraria a derecho, al tiempo que reconocemos el derecho que asistía a los representantes legales de los trabajadores a ser informados y a la apertura de un período de consultas», tal y como reconoce el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores.

La sentencia, publicada el jueves en el Boletín Oficial de Castilla y León, llega a hechos consumados pues el traspaso del Conservatorio de Música de León se materializó el 27 de septiembre de 2007 y Comisiones Obreras renuncia a su ejecución.

«En este momento los trabajadores han mejorado su situación y prefieren que no pidamos la ejecución, pero creemos que la sentencia es importante porque deja claro que la administración no actuó conforme a derecho», subraya Miguel Ángel Abeledo, de la secretaría de enseñanza pública no universitaria de Comisiones Obreras.

«La sentencia no tendrá trascedencia sobre el profesorado del Conservatorio de León porque el efecto material ya está hecho», señala Rocío Lucas, directora general de Recursos Humanos de la Consejería de Educación. Según la Junta, «a lo único que nos obliga es a publicarla en el Bocyl y que en adelante cuando se hable del proceso digamos sucesión empresarial y no traspaso».

Creado por la Diputación provincial de León hace más de medio siglo, el Conservatorio de Música Santos Ovejero de León fue traspasado con una plantilla de 41 profesores y profesoras más el personal administrativo y de servicios.

Para la Junta, el proceso ha sido correcto puesto que la plantilla del conservatorio leonés pasó de la Diputación a la Junta «con las mismas condiciones en las que estaban», según destacó Lucas. Como consecuencia, recuerda CC.OO., «los trabajadores del conservatorio de León no han sido equiparados al personal de otros conservatorios de titularidad autonómica».

Particularmente, el profesorado que pasó de la Diputación a la Junta está en el grupo A2, nivel 24, mientras que el de otros conservatorios como Astorga, Ponferrada, Segovia, Salamanca, etc. pertenecen al grupo A, nivel 24. Las consecuencias son salariales -”los de León cobran menos-” pero también de derechos: no pueden concursar para traslados, pedir un año sabático o acceder a otros derechos sociales, indica el representante de Comisiones Obreras.

Traspaso «ilegítimo»

«La Junta ha de reconocer que no se produjo el requisito de negociación con los trabajadores, y que por tanto ha sido un traspaso ilegítimo y tendría que hacer una reflexión sobre cómo hace las cosas», subraya Abeledo.

Desde este sindicato se ha exigido a la Junta que equipare al profesorado del Conservatorio de Música de León con el resto y para ello hay una única fórmula: «La comunidad autónoma tiene que negociar con el Ministerio de de Educación la incorporación de este colectivo a los cuerpos estatales docentes para que se les reconozcan todos los derechos como funcionarios. Lo están retrasando demasiado y los trabajadores se están empezando a enfadar», agrega.

De momento, la Junta ha accedido a abonar parte del complemento autonómico desde el mes de diciembre, en sustitución de otro complemento específico de la Diputación de León, pero Comisiones reclama su retroactividad.