«La majestuosidad de la Catedral de León me recuerda al Vaticano»

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En el hilo directo parece aún más serena de lo ya habitual. Puede que el horario matutino, algo intempestivo por cierto, aparque de momento el stress semidisimulado que se supone arrastrará durante el día. Hace una distinción notable entre la Semana Santa castellana y lo que le han contado de la leonesa, aunque reconoce no haber participado en persona en ninguna de las dos. Paloma Gómez Borrero inaugura este lunes el ciclo de conferencias que Diario de León dedica a La Pasión.

-¿Dónde radica la solemnidad de la Semana Santa en Roma?

-Fundamentalmente, porque está centrada en las ceremonias papales. No hay procesiones y todos los actos tienen que como marco las basílicas. En el caso de Jueves Santo, San Juan de Letrán, donde el Papa va aunque no sé si este año lo hará todo en la Basílica de San Pedro porque también hay que pensar que tiene una cierta edad y no se le puede cansar. En cualquier caso, las ceremonias del Jueves Santo se celebran en la Basílica romana y con el Papa como protagonista, lavando los pies a doce sacerdotes para recordar lo que Jesucristo hizo en la última cena. Después está el Viernes Santo, aparte de otras pequeñas ceremonias menos solemnes, pero este es el momento cumbre y viene gente del mundo entero para asistir al Vía Crucis en el Coliseo. El Papa cumple las catorce estaciones del Via Crucis, hace las meditaciones y se transmite en Mundovisión. El Coliseo es un símbolo absoluto, donde han muerto tantas personas. El Sábado Santo se celebra en la Basílica de San Pedro y el Domingo de Resurrección está centralizado en el átrio de la Basílica de San Pedro, donde el Papa imparte la bendición Urbi et Orbe en no sé cuántos idiomas, me parece que el año pasado fueron 72 y el mensaje de resurrección siempre es de esperanza antes de bendecir a todos los presentes.

-¿Se puede entender una Semana Santa sin las procesiones?

-En España nos cuesta un poco más, pero sin embargo aquí no podemos contar con el Papa. En Italia hay procesiones y en Sicilia quedan muchas reminiscencias. Si te gusta la Semana Santa con procesiones, en Italia también se pueden encontrar. Tienen un sabor distinto aunque tengan un cierto parecido con las nuestras. Si lo que quieres es estar en la Semana Santa romana, vas a estar cerca del Papa, vas a escucharlo mucho, vas a meditar en torno a la Pasión y vas a sentir más cerca la agonía de alguna forma, desde el momento de la Última Cena.

-¿Alguna vez le ha llamado la atención alguna Semana Santa internacional?

-Son ya tantos años que me cuesta trabajo recordar... Me gustaría ver la Semana Santa austera de Castilla, en Valladolid o en Zamora y tengo ganas de participar de la majestuosidad de Andalucía, pero por ahora no he podido nunca. De la de León no tengo referencias de momento, pero sí que he visitado la Catedral hace algunos años. He estado tres o cuatro veces en León y me pasa siempre lo mismo. La majestuosidad y la belleza de la Catedral me recuerdan al Vaticano. Hay una riqueza en esas piedras que desprenden, a pesar de la austeridad, que creo que la iglesia se siente muy cerca en todos los templos de León.

-¿Vuelve el espíritu de La Pasión, con o sin religión de por medio?

-Yo creo que sí. El mundo libre que nos ofrece la sociedad ahora mismo parece que invita a poner a Dios en la sacristía y sin embargo encuentras valores dentro del hombre que te aportan esperanza y dan sentido a la vida. Se están recuperando las procesiones y ese amor a lo que indican las procesiones, Dios, jesús y la Virgen. Está volviendo y los jóvenes están recuperando lo que se había perdido. Hay una devoción popular muy importante.

-"¿Pero cuánta culpa de eso tiene el márketing?

-Yo creo que poca. Todo ayuda, y si te dicen lo bonitas que son las procesiones de León y lo bien que te lo vas a pasar en León, eso ya no es márketing, es que te están invitando a vivir algo muy concreto. Si quieres conocer algo que te atrae, te lo ponen en bandeja y te gusta venir a conocerlo. Pero yo pienso que el que viene a León, cuando se vuelve a su casa después de ver la ciudad y las procesiones cambia de mentalidad.

-¿Cómo ha sido ese giro a la gastronomía que han dado sus libros?

-No es un giro, yo sigo siendo una malísima cocinera. Lo que pasa es que me gustaba hacer cocina con un cierto toque periodístico. Tenía ganas de hacer recetas, contar quién me las ha dado, cómo se han hecho, de qué lugar proceden... Luego las recetas no son mías, las recopilo.. Yo soy el perejil de la receta.

-¿Va a mejorar la situación periodística del país, tan convulsionada últimamente?

-"Creo que se está pasando el sarampión del periodismo que más de rosa era de vísceras. La gente se está empezando a cansar porque los problemas que tenemos cada uno en su casa, sobre todo con esta crisis gravísima, la verdad es que saber si la Pantoja tiene mucho dinero o lo deja con Julián Muñoz ya nos da de lado. La pongo de ejemplo a ella porque es la que más han meneado en las televisiones. Llega un momento en que uno dice: -¡Coño, si lo que a mí me importa es mi familia, lo mío y salir adelante!-. Y si la Pantoja hace esto o lo otro, nos tiene sin cuidado. Ha llegado el momento de curarse del sarampión.

-¿Cuántos años de profesión ya?

-Ni me acuerdo, porque empecé tan joven que tuvieron que concederme un permiso especial para entrar en la Facultad de Periodismo. Ya soy una veterana, no sé si la decana porque siempre tiene que haber alguien con más años que tú.

-Se la ha relacionado siempre con medios conservadores, pero sus últimas incursiones en la televisión parecen estar abriendo el abanico ¿no?

-Yo siempre he tenido el abanico abierto. Siempre he sido pionera. Cuando a nadie se le ocurría hacer auto stop, yo fui desde Munich hasta Viena. Ahora no se me ocurriría porque la situación no está para ello. He hecho música, he informado sobre el Festival de Mozart en Salzburgo. He hecho cine y no solamente en reportajes o entrevistas, sino también con amistad con gente como Marcello Mastroianni, que una vez me dio un papelito en una de sus películas. He hecho moda, aunque no he sido elegante, pero cuando veo a una chica de arriba a abajo sé si un traje de una chica está bien hecho o no. La información es tan fuerte y tiene tanta importancia... En la Santa Sede es donde hay más enviados especiales de todo el mundo y eso te marca mucho más que cualquier información. Yo hablo de Berlusconi y no pasa nada, pero digo algo del Papa y ya está todo el mundo: -Paloma ha dicho no sé qué del Papa-.

-Especialmente ligada a la figura de Juan Pablo II, ¿ya tiene elementos de juicio para prever cómo va a ser el pontificado de Benedicto XVI?

-De grandes discursos, de ecumenismo importante, de cercanía y algo más con el mundo ortodoxo y con los rusos, que es un viaje que Juan Pablo II hubiera querido hacer y creo que va a completar Benedicto XVI, que es un hombre de grandísimos discursos.

Lugar: Real Colegiata de San Isidoro. Salón del Pendón. Plaza Santo Martino.

Hora: 20.00. Entrada libre hasta cubrir aforo.