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«La Semana Santa de mi tierra es el amor de los sentidos y nosotros queremos con los cinco»

Federico Trillo: «Este Viernes Santo voy a ser un leonés más desde la distancia»

En un final emotivo pidió a la Virgen «que recuerde a su hijo las buenas cosas de León y Cartagena»

Trillo, en un momento de su intervención, junto a Mari Paz Díez

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El ex presidente del Congreso de los Diputados, Federico Trillo, lanzó un guiño cómplice con la Semana Santa leonesa y vaticinó: «Este Viernes Santo seré un leonés más, ausente en la distancia». Trillo se expresó en estos términos durante la segunda sesión de las Jornadas de Divulgación de la Semana Santa, que organiza el Club de Prensa de Diario de León, bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas.

Trillo ennumeró similitudes y diferencias de la celebración de La Pasión en dos latitudes tan alejadas del país. «La puntualidad de la Semana Santa cartagenera es dogmática. Orden, disciplina y marcialidad», resumió Trillo. La climatología diferencia el caso leonés y el cartagenero. «Aquí me ha dicho Enrique López (ex portavoz del Consejo General del Poder Judicial) que las procesiones han salido con nieve a veces. Nosotros ya vemos florecer los árboles en esas fechas». También destacó la importancia de la luz en las celebraciones levantinas y la presencia notable de las flores y del color en los pasos.

.«Mi tierra en Semana Santa es un retablo de colores. La blancura que cantó Miguel Hernández, el rojo de las amapolas, el amarillo... El cartagenero llena la Semana Santa de luces en la noche porque está hecho a la claridad. Y el mejor azul de nuestro cielo es para la Estrella del Mar, para la Reina del Cielo», poetizó.

«En una tierra en la que la hora del Ángelus la marcan los barcos a cañonazos, no podíamos dejar al Señor y su madre salir a la calle sólo con el sobrio sonido del tambor. Por eso tenemos a las mejores bandas de Levante: Lliria, Almoradí, Orihuela... Después de hablar de vista y oído se detuvo en el olfato: «Jesús huele a claveles y a limonero, y a nardo. A incienso en ocasiones y siempre a la brisa del mar». Y por lo que toca al gusto recordó: «Comercio y bebercio nos aseguran toda tasa de colesterol posible». Para el fin quedó el tacto, «el más sutil de los sentidos gracias a los terciopelos, las suelas gastadas». En resumen , la Semana Santa de mi tierra es el amor de los sentidos. Nosotros queremos con los cinco, como se quiere a la madre, a la esposa y a los hijos».

El final de la conferencia resultó antológico: «El Viernes Santo seré un leonés ausente más. Nos separa lo accesorio y nos une lo principal. Un brazo de la cruz se tiende hacia Levante, el otro hacia el Poniente. Son la mano izquierda y la derecha de Dios. Son Marta y María, una activa y la otra contemplativa y las dos se juntan en el corazón de Cristo. Las dos viven en el amor de Santa María La Virgen, que también se despide de los leoneses en el último acto. Este año habrá que pedirle que se acuerde de las muchas cosas buenas que tiene que contarle a su hijo de los leoneses y los cartageneros, porque de su soledad hemos hecho segura compañía de nuestras vidas. Por los siete días de la Semana Santa queremos compensarla de sus siete dolores».

«La Virgen sabe que las procesiones no salen solas y que los almacenistas, los fotógrafos y por supuesto los cofrades hacen esfuerzos sobrehumanos en León y en Cartagena. Es la mejor manera de hacer las cosas por España. Queremos que parezca que todo está tan bien hecho que salen solos y que queremos que sólo se luzcan ella y él. Ese día le diremos a María que sabemos que va aguardar todas nuestras ilusiones meditándolas en su corazón hasta el año que viene».