PALABRA DE PAPÓN | JORGE REVENGA
¡Ay León, ciudad callada!
¡Ay León ciudad callada
que en primavera despierta
entre inciensos y claveles,
y entre lágrimas de cera.
Una procesión de sueños
que buscan la luna llena
en esa santa semana
de emociones que revelan
que por siempre un Cristo viejo,
y una Madre en duerme-vela
convertirán este pueblo
en permanente saeta.
Un sombra del pasado,
con una túnica negra,
llena las calles de incienso
anunciando la tragedia.
Dos tambores destemplados
y una mágica corneta
nos llevan por esas calles
cuando la ciudad despierta.
Viejo Reino de León,
viejas calles y plazuelas:
un rosario de emociones
hace la ciudad eterna.
El corazón de León
quiere seguir por la senda
de una procesión de almas
que golpean sus horquetas.
Quiere la ciudad silente
convertirse en nazarena
y pujar muy dulcemente
a una madre que ya sueña
con los hombros leoneses
que muy despacio rasean.
Ay mi querido León
escucha siempre y recuerda
que miles de leoneses
convierten tu primavera
en silencios permanentes,
en juegos de mil baquetas,
en procesiones de sueños,
en canto hacia las estrellas,
en sentida poesía
aromada por las velas
que quieren que la ciudad
se convierta en saetera.
¡Ay León ciudad dormida,
despiértate en Primavera!