«Los dos primeros años fueron vueltas y vueltas»

El hijo de Teresa Cardoso tiene ahora ocho años. Cuando el niño tenía dos años y medio sospechó que algo no funcionaba bien porque no hablaba. «Fuimos a médicos de León, a la Asociación Autismo de Salamanca, porque ahora hay aquí una psicóloga pero antes no había. Al principio fueron vueltas y vueltas». El diagnóstico de autismo llegó a los cuatro años. Ahora asiste al centro concertado de la asociación, pero la experiencia durante la educación Infantil no fue demasiado buena, «lo ideal es que los niños estén integrados en un centro, aunque tengan una enseñanza especializada, pero con zonas de integración porque a mí hijo le venía estar muy bien en los recreos con los otros niños».