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| Análisis | Carlos García Rioja |DIRECTOR DE LA HORQUETA DIGITAL

«Las túnicas de tablas que llevan los papones leoneses son únicas»

La Biblioteca Básica de la Semana Santa Leonesa dedica hoy su libro a la estética de La Pasión en León, el segundo volumen de la obra que se entrega de forma conjunta con el perió

León

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Carlos García Rioja, director de La Horqueta Digital, y Jorge Revenga, abogado, escritor y poeta además de colaborador de Diario de León, se sumergen en la estética de la Semana Santa de León en el segundo libro de la Biblioteca Básica que entrega hoy Diario de León. La colección cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de León y Banco Herrero.

«Sobre todo hemos querido contar lo que supone la estética procesional en la Semana Santa de León», subraya García Rioja. «La escultura es el centro de atención de la gente, pero también están los tronos, los mantos, las túnicas, la forma de procesionar y 50.000 cosas más. Con pequeñas pinceladas hemos tratado de reflejar lo que supone la estética de las procesiones desde lo que conocemos del ayer, que es bastante poco, hasta lo actual que se ha reinventado en buena medida en las últimas décadas, con el impulso de las cofradías más modernas desde los años 50 y gracias al impulso de Victor de los Ríos y de los escultores leoneses». El patrimonio de la Semana Santa de León es «aceptable y susceptible de mejora», desde el punto de vista de Carlos García: «Es una opinión muy personal. El patrimonio lo circunscribimos solamente al tema escultórico y resulta que incluso las propias túnicas que llevan los papones son de lo más original, como las túnicas de tablas que llevan las cofradías históricas. En otra parte de España no se conoce nada parecido porque es lo mismo que lo de la Catedral, que como pasas todos los días al lado, te parece que no tiene más valor cuando realmente es una joya. Tenemos un patrimonio general que asombra, pero fuera de León más que aquí».

Época dorada

La etapa dorada del patrimonio estético leonés «es la posguerra, sin duda. La aparición de Víctor de los Ríos es fundamental. Andalucía o Cuenca han seguido procesos muy parecidos con Castillo Lastrucci en Sevilla o Marco Pérez en el caso conquense. Aquí en León tenemos el caso de Ángel Estrada, que se le ha dejado un poco abandonado porque hizo tres pasos impresionantes en 1964 y como luego se dedicó a la pintura y es de aquí, no se le aprecia como se debe».

La elaboración del libro no ha aportado sorpresas de calibre especial: «Se han puesto por escrito muchos datos que son novedosos para la mayoría de la gente. No pretendemos dar a entender que lo sabemos todo los dos. Se han reflejado muchas cosas que hasta ahora se han pasado por alto. Lo de las túnicas, por ejemplo, es muy particular. En materia de ornamentación hay un legado importantísimo que nos ha traído Melchor (Gutiérrez) y no tiene parangón hasta donde yo conozco, como no sea la Semana Santa de Levante. Habrá quien lo acepte más y quien lo acepte menos, pero los adornos florales distinguen a la Semana Santa de León. En Sevilla no adornan los pasos con tanta flor como en León ni de lejos. Ponen claveles rojos y a correr. Unos adornos tan imaginativos y tan coloristas, no se ven fácilmente».