Diario de León

| Análisis | Qué fue de los pactos por León |

Todos juntos hacia ninguna parte

Ni la plataforma de las organizaciones sociales y económicas ni la política han plantado cara o dado respuesta a ninguno de los problemas que atenazan el futuro de los leoneses

Publicado por
María Jesús Muñiz
León

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El número de parados en la provincia supera ya las 34.000 personas, y un buen número de ellas dejará de cobrar sus prestaciones en breve; más de 7.500 leoneses, la mayoría de ellos jóvenes bien formados, se fueron a trabajar a otras autonomías sólo el año pasado; el número de trabajadores autónomos desciende vertiginosamente asfixiado por una crisis en la que las medidas de ayuda no alcanzan a los pequeños; el comercio hace malabarismos para sortear el desplome del consumo; el turismo mira perplejo el cambio de escenario del que debería convertirse en importante motor económico provincial; las eléctricas se saltan los acuerdos del Plan del Carbón para sostener una industria a la que parece que nunca va a llegar la tranquilidad;... Podrían ser muchos más ejemplos, sin ánimo de caer en el discurso plañidero.

Hace cinco años los sindicatos mayoritarios de la provincia intentaron poner en marcha una plataforma que reuniera el empuje de todas las fuerzas sociales, políticas y económicas, por encima de ideologías y disciplinas de organizaciones, con el objetivo de que ni un solo proyecto que pensara instalarse en León se escapara. En su discurso estaba la realidad de que los enfrentamientos políticos habían ahuyentado de la provincia alguna que otra iniciativa.

Una altura de miras que entonces no fue posible llevar a cabo: dos convocatorias electorales hacían imposible que los partidos políticos aparcaran críticas. Hace un año los sindicatos retomaron la iniciativa, esta vez ya con el fantasma de la crisis asomando. Con entusiasmo y gran protagonismo se sumaron a la iniciativa las organizaciones empresariales, que presentaron varias veces en público su intención de sentarse a pensar qué podían hacer para desde la fortaleza de la unidad de planteamientos impulsar el potencial económico leonés. Con mayor desgana por el menor protagonismo se sumaron también los representantes de las instituciones públicas y los partidos políticos.

La provincia aún espera alguna propuesta concreta de esta multitudinaria plataforma.

Hace justo dos meses, se anunciaba con luz y taquígrafos un nuevo pacto que aún no había sido consensuado. El secretario general del PSOE en la provincia, y alcalde de León, proponía a la presidenta del PP, y también de la Diputación, salvar diferencias y apostar por la altura de miras en pro de exigir a los gobiernos nacional y autonómico, respectivamente, mayor implicación en los problemas de la provincia. Secretario y presidenta se intercambiaron a través de los medios cartas con buenas intenciones y no pocas puyas, curiosa manera de iniciar una andadura que debía estar marcada por la búsqueda del interés general y que nació avalada por la ausencia total de diálogo.

Este pacto, que no quisieron bautizar como «pacto por León» para evitar comparaciones con aquel fracasado intento de principios de los 90, ha sumado en menos de un mes de vida más despropósitos que cuantos se habían producido hasta ahora, en los que las diferencias, si las había, se han librado en privado.

Durante la presentación del compromiso los pactantes utilizaron (siempre por separado) recursos como la responsabilidad de los partidos políticos, la dificultad del momento económico, la excepcionalidad de las medidas necesarias, la necesidad de que el pacto «no caiga en saco roto», la conveniencia de superar diferencias partidistas,... Los dirigentes provinciales de PP y PSOE acordaron no invitar a nadie más a esta mesa parar no lamentar interferencias y tener más capacidad ejecutiva.

De momento estos planteamientos se han traducido en una entrevista con el rector de la Universidad que se hizo en dos fases, por separado, porque PP y PSOE no encontraron la forma de convocarse adecuadamente entre ambos; y en dos viajes promocionales al extranjero en los que por primera vez no ha habido representación de la oposición: el PP no fue a Estados Unidos con el Ayuntamiento y el PSOE no ha ido a Argentina con la Diputación.

Una corta pero intensa trayectoria para un pacto que de manera inmediata tiene tres retos marcados por los socialistas: conseguir que los fondos mineros se inviertan por fin, impulsar la participación de la Universidad en la economía provincial y unir esfuerzos para hacer del turismo un motor económico (motor que las dos instituciones que presiden han dividido en dos poco antes de hacerse este propósito).

Las fotos, las convocatorias y las declaraciones de intenciones de las plataformas y pactos que últimamente se han constituido para salvar a la provincia de la eterna amenaza del retraso y la pérdida de oportunidades siguen engordando su hueco en las hemerotecas. Las propuestas que efectivamente han salido de estas mesas de reflexión ocupan bastante menos.

Hace unos meses un dirigente empresarial animaba a tomar medidas en uno de estos foros asegurando que en la economía leonesa se había encendido ya la luz roja. Quizá también es momento de sacar los colores a la falta de soluciones para León.

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