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| Tribuna política | Desde el Rubicón |

Historia de la infamia universal

Los inmigrantes socialistas de Mar del Plata, Rosario o Buenos Aires, los mismos que celebraron la victoria de Zapatero, se preguntan por qué el PSOE de León rehusó visitarles

Publicado por
F. RAMOS
León

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No es un cuento. En la madrugada española del pasado 9 de marzo del 2008 miles de emigrantes españoles en Argentina -”y descendientes-” colorearon las calles de Capital Federal y otras urbes notables del país de confeti rojo y pétalo socialista. Entre ellos muchos leoneses e hijos y nietos de leoneses, obligados a tomar ultramar por la calamidad de esta tierra. Un año más tarde, la dirección socialista leonesa pagó su idealismo impidiendo que un miembro del PSOE tomara parte en una expedición de la Diputación de León a la tierra de la Plata. ¿Qué le hicieron los emigrantes leoneses al socialismo leonés, que en su dietario cotidiado tiene epígrafes que se refieren precisamente a dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, posada al peregrino o cariño al que hace años dejó su casa, a su madre, sus hijos y su vida para no morir de hambre?

Aún se lo preguntan los obligados a tomar el petate hace medio siglo, que caminaron hacinados en un barco hacia un mundo de oportunidades, que en más de un caso se quedó en utopía. Sobre todo, los que no pudieron volver entienden la medida socialista como una afrenta a la causa del humilde, del proletario, del currante, del hombre digno que prefirió emplear sus manos para salir adelante antes de vender su dignidad y su libertad. Por eso en el PP van a quitar el fogueo de los cañones y cargar con bala, por si acaso en las filas rojas -”las del papel cercano a los pobres y afligidos-” se cae en la tentación de comparar el viaje de la Diputación con otros de ultramar.

Y entre medias, otra de perestroika: la dirección socialista de León ya tiene ultimado el aguillotinamiento de lo que fue su grupo en el Palacio de los Guzmanes. No habrá luz y taquígrafos; ni plaza pública, como Robespierre. Si encuentra verdugo -”o sea, un tío valiente que ejecute, o un tonto útil que ejecute, que parece lo mismo pero no es igual-” Canedo (el de Fabero, no el de Camponaraya, que parece ha caído ya del caballo) va a ser historia esta misma mañana.

A las 09.00 horas, salvo cambios de última hora que también podrían darse, le van a llevar la orden de ejecución. Igual van a matar a uno y caen tres. Habrá que esperar porque quizás todo se pare y el de la maragatería y la beata deban aplazar su asalto. Otro ejemplo del folletín por entregas que edita el socialismo leonés, a veces sigue pensando más en ensombrecer la historia de la infamia universal que mirar por el futuro de esta tierra. Por cierto, tan anclada en la penuria como cuando los leoneses que no quiso visitar el PSOE en Rosario, Mar del Plata o Buenos Aires corrían al puerto de Vigo (bonita canción) a mondar el hambre montados en un barco. Hay más infamias; no es la única.