| Crónica | Ciudadanos y no súbditos |
Domingo de resurgimiento
Más de un centenar de republicanos celebraron ayer en el cementerio el acto de homenaje a los represaliados del franquismo, cuyo memorial se inaugurará en agosto o septiembre
león
Mientras en el casco histórico, con el himno nacional, se representaba la resurrección de Cristo, en el cementerio de Puente Castro un centenar de republicanos, bajo los acordes del himno de Riego, recordaban a los represaliados del franquismo. Porque «para pasar página hay que haberla leído antes», como introdujo el presidente del Foro por la Memoria, Eduardo Silva, de espaldas a la marca en terreno, situada en el espacio de la antigua fosa común, donde se levantará el monumento a las víctimas de la dictadura franquista. Un memorial que «estará terminada en agosto o septiembre», como emplazó el arquitecto, Óscar García Luna, y en cuyas paredes, que se cierran casi en forma de cuña, habrá lugar para colocar 1.873 nombres de asesinados por los fascistas. «Lento, pero viene, como en el poema de Benedetti», apuntó, en referencia a los cinco años de demora que acarrea el proyecto, el portavoz del colectivo que, junto a Aerle, ha recopilado las identidades.
Para «los que han impulsado el monumento y no han llegado a verlo» tuvo un recuerdo especial Silva, antes de que la concejala de Cultura del Ayuntamiento, Evelia Fernández, remarcara el débito del proyecto con el actual equipo de gobierno y, en especial, con el PSOE.
Pero el testigo portavoz de «la generación republicana, la que quería ser ciudadana y no súbdita», lo tomó este año en el acto Armando López Salinas, corresponsal de Radio Pirenaica e histórico miembro del PCE, quien impartió una clase de historia de la que atesoran «los que piensan que ni hoy ni mañana están escritos y que el viejo topo de la lucha de clases sigue ahí todos los días». Para quien vio aquella época republicana, nacida «con las primera hojas de los chopos y las últimas de los almendros», no se puede «meter en un mismo saco a víctimas y verdugos» y «la Ley de la Memoria Histórica no ha cumplido en toda su extensión las reivindicaciones» de los represaliados, como demuestra «el mantenimiento de las sentencias de los juicios sumarísimos». Esta «amnesia política», este «alzhéimer en vena» la criticó quien fuera subdirector de Mundo Obrero al enumerar que «primero fue el silencio de los años de la caza al rojo; luego, el callar durante la Transición; y ahora, la convocatoria al apaño con la derecha heredera de la que aupó a Franco».
«Nadie reclama venganza, sino dignidad», elevó López Salinas, sin olvidar un grito por «una República laica y federal, más allá del estado de las autonomías», puntualizar que «fue la izquierda quien legitimó al Rey y no al revés» y asentar que «el pueblo sólo recuperará su soberanía cuando pueda escoger su forma de gobierno».
«Salud y República», se coreó, tras los poemas de León Felipe, leído por Escanciano, Toño Morala, Carmen Busmayor y Pilar Viñuela.