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| Obituario | P. Basilio Estrada Robles |

Benemérito historiador

Publicado por
Pernando Campo del Pozo (Agustino)
León

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El 10 de abril, día de Viernes Santo, el P. Basilio Estrada Robles se nos fue al reencuentro de Dios para siempre en León, a la edad de 92 años, en recatado silencio y cargado de merecimientos. Le traté de cerca desde 1973, cuando estaba organizando la biblioteca del Colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo en León. Dios sabe las horas sin cuento, que este buen religioso dedicó a catalogar los libros, mientras seguía dando clases. Con manos codiciosas y prensil mirada iba revisando todos los libros, especialmente los referentes la historia de los agustinos. Fue un historiador autodidacta.

En las vacaciones estivales del 2008 estuve con él, conversando sobre temas de historia de la Orden de San Agustín, durante casi dos horas. Estaba bastante agotado y hasta decaído. Sentía no poder seguir trabajando, aunque se le veía satisfecho por haber cumplido con sus buenos deseos de escribir tres libros, que estaban ya impresos: Los Agustinos Ermitaños en España hasta el siglo XIX, que fue publicado en 1988, Estampas de Mohino, su pueblo natal, también en 1988, y Gobierno de la Orden Agustiniana a través de los siglos, en 2005. Sobre esta obra trabajó durante más de ocho años con las directrices de los capítulos generales y su repercusión. Al felicitarle, hizo lo mismo con la Historia de la Villa de Campo de Villavidel, porque se aportaban datos nuevos, incluso sobre los agustinos, ya que él creía y así aparecía en algunos libros, que el P. Francisco Abril era de Jabares de los Oteros, cuando había nacido en Campo, donde fue bautizado, aunque pasase luego su infancia en el pueblo de su madre. Esto me llevó a formularle algunas observaciones sobre sus escritos, porque consideraba demolido el convento de San Agustín de Haro, en 1841, cuando sigue convertido en un lujoso hotel. Podía ir a verlo. Aceptaba las correcciones y hasta veía bien que se clarificase la verdad. Le observé que había hecho síntesis sin un análisis previo y completo. Esto lo dejaba para otros, como la historia de la provincia agustiniana de Castilla.

Reconoció que se estaba haciendo una historia apologética y laudatoria, cuando debe de ser crítica y verdadera a con sus luces y sombras. Esto le hizo sonreír, porque sabía que había que atenerse a la censura política y religiosa.

Su biografía está bastante bien hecha por el buen amigo e historiador, Rafael Lazcano, en el «prologo» a Gobierno de los Generales, que venía a ser una historia vertebrada de la Orden de San Agustín, al exponer el contenido de las cuestiones más importantes con las actas capitulares hasta el P. Engelberto-”Gustavo Eberhard (1953-”1958). En 1994, después de siete años de trabajo, como él mismo reconoció, cuando iba por el P. Luciano Rubio (1959-”1965) se limitó a «dar un sucinto informe de los priores generales», hasta el P. Miguel Ángel Orcasitas en 1995, por el problema de la vista y la atención a la nueva y amplia biblioteca instalada en el segundo semestre de 1994.

Las críticas que se han hecho a sus escritos son elogiosas y le han merecido ser nombrado «Miembro de Honor del Instituto Histórico de la Orden Agustiniana». Ha recibido varias condecoraciones por sus servicios humanitarios durante la guerra civil y después, como la de Alfonso X el Sabio en 2003. Su labor docente, administrativa y pastoral en León (1941-”1957), Guernica (1957-”1963), Colegio de la Consolación de Boñar (1963-”1969) y de nuevo en León desde 1969, ha sido reconocida y es digna de alabanza, pero donde dio su mejor talla, como buen religioso y benemérito historiador, fue en la biblioteca del Colegio-”Seminario de los agustinos en Armunia-”León.