Ambas administraciones valorarán las opciones para salvar los restos y ampliar el cementerio
La Junta visitará la villa romana de Pobladura para adoptar soluciones
El servicio de Cultura se reunirá con el Ayuntamiento para estudiar si se pone en valor el yacimiento
Las tumbas de Pobladura forman una L y han dejado intacto el espacio central donde está la villa rom
pobladura
La Junta de Castilla y León ha respondido al llamamiento del Ayuntamiento de Sariegos para intentar salvar y poner en valor la villa romana que se esconde bajo el cementerio de Pobladura del Bernesga. Según ha confirmado el responsable del servicio territorial de Cultura, Jesús Courel, esta misma semana se desplazará hasta la zona para valorar la extensión y las posibilidades de sacar a la luz el yacimiento, tras hablar con los técnicos y con la dirección general de Patrimonio.
Otra pieza clave será el Ayuntamiento, con quien mantendrá una reunión para conocer el grado de implicación en el proyecto que va a adoptar y hasta dónde está dispuesto a llegar el municipio en la ampliación del cementerio.
«Desconozco si el Ayuntamiento posee otros terrenos o ha valorado la posibilidad de trasladar el cementerio de Pobladura a otro lugar para investigar la villa. Hay varias opciones, pero es lógico que se hayan puesto en contacto con nosotros antes de ampliar el camposanto para no destruir los restos romanos», indica.
En la ficha de la carta arqueológica provincial abierta para la villa de Pobladura en el 2004 se indica su origen tardorromano y la facilidad con que aparecieron restos de tégulas e ímbrices (tejas), ladrillos y cantos. También se destaca la escasez de restos cerámicos tras la prospección arqueológica realizada in situ .
Por casualidad
La villa se descubrió por casualidad, cuando los vecinos necesitaron excavar la tierra para enterrar a sus familiares a partir de 1911 en que se trasladó el cementerio de Pobladura a su situación actual, entre los parajes conocidos como Los Barriales y El Vallejo. Cada vez que profundizaban menos de un metro picaban mosaico.
Los lugareños también recuerdan que existía una torre de tapial de dos metros de altura que se reutilizó para la pared del cementerio, y la facilidad de encontrar cantos rodados, ladrillos y tejas al arar la zona.
Incluso encontraron una gran piedra de molino que contribuiría a reforzar la idea de que la villa era agrícola, como así consta en la carta arqueológica provincial. Los investigadores de la zona consideran que la villa serviría de apoyo a las legiones romanas al abastecerlas de cereal y carne.
De hecho, en la franja ubicada entre la actual carretera de Caboalles y el camino a San Andrés del Rabanedo está documentada la tradicional actividad agrícola y ganadera y el uso de numerosos arroyos. A un kilómetro de distancia aún se conserva la denominada fuente del Moro, de forma circular y altas paredes de cantos rodados. Desde ella se regaba la vega.