| Crónica | En plena crisis |
Menos boato y más sencillez
Ni exceso floral, ni vino español. Lejos de venir con un pan bajo el brazo, San Isidoro no fue ajeno a la austeridad que caracteriza todos los actos de la ULE
Marta Rioja Barrocal recibió el grado de doctora en Filología Inglesa
león
La festividad de San Isidoro no se libró de la austeridad característica de todos los actos de la Universidad leonesa desde que José Ángel Hermida accediera al cargo hace diez meses. En esta ocasión y, por primera vez en años, no hubo vino español, cuyo coste suponía un desembolso de unos 6.000 euros. En cuanto a las flores, las justas para vestir un acto que, por tradición, siempre es sobrio. Un acto más corto de lo habitual (apenas sesenta minutos) y en el que, por primera vez en varios años, no contó con la presencia de ningún representante de la Junta de Castilla y León a los que, de haber venido, tampoco se había invitado a comer, tal y como era habitual. Y es que las arcas universitarias están en crisis y para pocos excesos.
Lo que sí fue fiel a la tradición fue la entrega de los premios de diferentes fundaciones, colegios oficiales y empresas a los mejores estudiantes de la ULE. Además recibieron la insignia de doctores un total de 69 universitarios leoneses. En representación de todos, tuvo lugar la investidura de cuatro de ellos que pasan a formar parte del Claustro de Doctores de la ULE. Además, Manuel Domínguez recibió el premio a la innovación en la enseñanza, que concede el Consejo Social, por el proyecto «Desarrollo de un laboratorio remoto para la formación vía Internet en Automática».