El campo nutre a 10.000 leoneses como actividad a tiempo parcial

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La realidad del campo leonés queda desnuda cada primavera, cuando tal día como ayer, 30 de abril, se cierra el plazo para presentar las solicitudes de ayudas de la PAC; las que Bruselas dispone para compensar los agravios económicos que sufren los profesionales del agro comunitario. No hay un campo paniaguado; lo que hay, a tenor de las cifras, es un campo cada vez menos profesionalizado, cada vez menos full time , cada vez menos a título principal. Dos de cada tres formularios de pago único, de ayudas, tramitadas en las ventanillas de las SAC (sociedades agrarias comarcales que la Junta tiene en la provincia) corresponden a explotaciones con titulares a tiempo parcial. De otra forma, no menos escandalosa: de los casi 15.000 expedientes que se esperaban cerrar ayer en la administración -”tras pasar por los agentes tramitadores: sindicatos, bancos y cajas-” poco más de 5.000 son acordes con los agricultores y ganaderos profesionales que existen en León, los mismos que tienen derecho a incentivos que sólo se dedican por parte de la administración a ese colectivo. «No es más que la realidad, que esto no da para más, y si acaso un ejemplo de que no todo el dinero que se envía al campo va realmente a los fines que se deberían perseguir», asumen profesionales del sector, que eluden frontalmente cualquier relación de sus colegas con la ilegalidad. «Son derechos adquiridos y heredados de años anteriores de actividad que existió o que puede existir ahora aunque no haya una dedicación plena», explican.

Cruel realidad esta que enseña la tramitación de la PAC, por otra parte una fuente de ingresos sin parangón en el campo leonés: casi 100 millones de euros del vellón, una quimera para un sector primario ahogado por deudas, préstamos, inversiones al aire libre y costes de producción desmesurados al lado de la cotización de los productos.

La cantidad que debería llegar este año -”que entidades de ahorro persiguen como el maná de la lotería-” se cae de la cifra redonda de anteriores campañas, sujeta por primera vez a la modulación que detrae ayudas para financiar programas de desarrollo rural y aplicaciones de políticas alternativas.

Europa, la Europa que engulló al campo leonés en la década de los 80 y le obligó a una reconversión social profunda que cada año se renueva -”otros 500 activos han pedido la salida de la agraria en el 2009-”, regresa cada año con un fardo de billetes para mostrar cómo lo que fue León no llega a la categoría de historia y cómo lo que quiere ser: productor, es más que un imposible.